Estudio revela cómo el vino tinto puede ayudar en la salud bucal

Un reciente estudio desarrollado por la Universidad de Pavía, en Italia, ha arrojado resultados inesperados: el vino, especialmente el tinto, podría jugar un papel positivo en la protección dental y de la garganta.

Publicada en el Journal of Agricultural and Food Chemistry, esta investigación sugiere que, consumido con moderación, el vino podría contribuir a prevenir afecciones como las caries y la faringitis.

Elementos como el etanol, ciertos ácidos orgánicos y polifenoles —entre ellos el reconocido resveratrol— poseen propiedades antimicrobianas capaces de eliminar hasta el 99% de las bacterias responsables de infecciones bucales.

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No obstante, los expertos subrayan que el consumo de vino no reemplaza los cuidados tradicionales: cepillarse los dientes, usar hilo dental y acudir al odontólogo siguen siendo esenciales. Además, advierten que beber vino en exceso puede ser contraproducente, provocando erosión del esmalte dental y otros problemas de salud.

Desde hace tiempo que al vino se le atribuyen propiedades cardiovasculares y preventivas frente a enfermedades crónicas. La Escuela de Salud Pública de Harvard indica que su consumo moderado puede elevar los niveles de colesterol HDL, y reducir el riesgo de infarto o accidente cerebrovascular, gracias a su acción anticoagulante.

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Por su parte, estudios de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) han mostrado que el resveratrol tiene efectos antiinflamatorios y podría ser útil en la prevención de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Si bien estos descubrimientos aportan una perspectiva interesante sobre el impacto del vino tinto en la salud bucodental, no deben malinterpretarse como una invitación al consumo sin control.

Con información de Sumédico.

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