La doctora ucraniana que aprendió español en un año y ahora se prepara para ser inmunóloga
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Esta semana arranca el periodo de residencia de la Formación Sanitaria Especializada (FSE) en España: farmacéuticos, biólogos, químicos, físicos, enfermeros, psicólogos y médicos están ultimando los últimos detalles para arrancar esta nueva etapa que les convertirá en especialistas. Margaryta Gurkalo es una de estas personas que vive con nervios y cierta incertidumbre este comienzo, aunque ya ha pasado por varios como mudarse a España desde su país natal para trabajar en un sitio nuevo, mientras se preparaba el MIR, después de aprender español en un año.
Gurkalo nació en Ucrania hace 31 años. Desde siempre tuvo claro que quería estudiar Medicina, aunque también valoraba ser bióloga. Finalmente, se decantó por la Universidad Nacional de Medicina de Odesa y en 2016 terminó el grado para luego hacer una residencia de medicina interna en el hospital regional de esta misma ciudad.
Posteriormente, trabajó en el Hospital Central de Kiev para luego ejercer como médico internista en un centro hospitalario privado. Antes, mientras estaba acabando la residencia, a finales de 2018 y comienzos de 2019, se empezó a plantear nuevas opciones para su futuro profesional. "Estaba viendo que no me gustaba ni la especialidad, ni el entorno, ni las oportunidades laborales", recuerda. Es entonces cuando se planteó venir a País Vasco, un lugar que conocía desde hacía años, pues tiene familia allí.
Comenzó entonces el proceso para homologar su título como médica, que se alargó durante casi tres años. El primer paso era manejar el español: "Aprendí aproximadamente en un año hasta el nivel B2, pero como llegó el covid no pude presentarme al examen del Instituto Cervantes a tiempo". Para ello, acudió a escuelas de idioma, a clases particulares y también a una plataforma online con una profesora valenciana. "Para mí no era nada difícil, dado que creo que a los ucranianos se nos da bastante bien. También tengo el respaldo del francés que, aunque ahora no lo hablo, fue mi primer idioma extranjero desde pequeñita y también hablo inglés en nivel C1. Entonces, no tengo ningún problema en aprender nuevos idiomas, simplemente se me da bien", relata.
Médico en una residencia mientras se prepara el MIRPese a que aún no tenía la homologación, en 2021 se trasladó a la comunidad vasca. En octubre del año siguiente, por fin, consiguió el título que le permitió trabajar como médico general en residencias de la tercera edad en Vizcaya. La especialidad de medicina interna no la ha intentado convalidar por los trámites que se demoran en el tiempo.
Incluso antes de tener la homologación comenzó a prepararse el examen MIR. "Sin embargo, tampoco llegué a tiempo para inscribirme", matiza. Es por eso que tuvo que esperar un año más, concretamente hasta el 25 de enero de 2025. Durante gran parte del tiempo compaginó los estudios con su labor como médico a tiempo completo, luego redujo su jornada y, finalmente, el mes anterior al examen, se pidió vacaciones para poder dedicarse plenamente a ello.
"El examen fue más difícil de lo que imaginaba. Pero al ver las preguntas pensé que todos estaríamos igual, frustrados. Ese día tenía un terrible dolor de cabeza que nunca antes había tenido y creo que era por la tensión. Sin embargo, yo estaba muy tranquila, mientras que mis familiares y mi pareja estaban supernerviosos y casi llorando. Entré supercentrada en mi examen, lo hice y manejé muy bien el tiempo", asegura.
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El esfuerzo tuvo su recompensa y alcanzó el número de orden 4.098, lo que le permitió hacer la especialidad que quería en el centro que quería. La médico explica que este año no ha habido plazas de inmunología de medicina en País Vasco, por lo que ha encontrado en el Hospital Ramón y Cajal el sitio ideal para ello.
"Estaba entre inmunología y radiología, simplemente por la calidad de vida y porque no me gusta estar todo el rato atendiendo a las personas, me canso muchísimo y me resulta muy difícil concentrarme. Tampoco llevo muy bien el nivel de estrés que puede resultar de atender a los pacientes, por ejemplo, en urgencias, en pediatría o en medicina familiar", comenta.
Para decantarse entre ambas decidió "elegir con el corazón", pues a pesar de que radiología siempre le había llamado la atención y le resultaba interesante, también le gusta "muchísimo" la investigación y el telescopio. La pasión por todo esto le hizo decantarse por inmunología, una opción que no es especialmente popular entre los residentes. Según el informe publicado en el Ministerio de Sanidad el último día de adjudicación de plazas, esta era la novena entre las especialidades que más tarde agotaron todas sus plazas.
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Este viernes empieza ya su residencia, aunque en la jornada se centrará en un acto de bienvenida para el lunes arrancar con la formación. "Estoy un poquito nerviosa, incluso más que cuando saqué la plaza o cuando me estaba preparando el examen, porque es algo realmente nuevo. No pensaba más allá que realizar el examen, estaba muy centrada en él, ¿y ahora qué? ¿Qué me espera?", se pregunta
Cuando charlaba con El Confidencial aún le quedaba un paso importante que se está convirtiendo en una odisea: encontrar piso en Madrid. Por lo que ha contado Gurkalo, no le está siendo "nada fácil".
"Es una locura, quieren mirar mi contrato de un año que todavía no tengo porque me voy a incorporar ahora y también quieren saber mis últimas nóminas. Me miran como si fuera una delincuente, como si viniera de ni sé dónde. Aquí soy como de tercera, no me gusta nada el trámite", se lamenta.
El Confidencial