Mujer pensó que tenía un virus estomacal y cuando fue al médico le diagnosticaron un cáncer avanzado: ‘Estuve tres días postrada en cama vomitando’

Tahnee Driver, de 39 años, entrenadora de bienestar en centros de atención a personas mayores y madre de dos hijas —Zahlia, de 8 años, y Harmony, de 6—, fue diagnosticada con cáncer de intestino en etapa cuatro en junio de 2025. Residente en la península de Mornington, Australia, había retomado una rutina activa y saludable.
"Estaba centrada en mí misma y tratando de ser la mejor versión de mí misma, activa, jugando baloncesto, caminando, levantando pesas y haciendo todo lo bueno. Me sentía muy bien", contó a FEMAIL.
Sin embargo, los síntomas comenzaron a aparecer a principios de año: hinchazón repentina y dolor de estómago tras algunas comidas. Tahnee lo atribuyó a la alimentación, creyendo que se debía al exceso de cebolla o productos lácteos.
Del malestar al diagnóstico devastadorDespués de una visita a un mercado de alimentos, Tahnee enfermó gravemente.
"Estuve tres días postrada en cama vomitando, pero honestamente pensé que era solo un virus o una intoxicación alimentaria", relató.
Al cuarto día, preocupada por la persistencia de los síntomas, llamó una ambulancia. Los paramédicos coincidieron en que podía tratarse de un virus estomacal y le recomendaron reposo. Sin embargo, los vómitos continuaron por otros tres días.
Tahnee acudió a su médico de cabecera. "Conduje hasta el consultorio, agotada, deshidratada y delirante. Llamaron una ambulancia inmediatamente y me llevaron al hospital. Sinceramente, pensé que solo serían 10 minutos de visita al médico para conseguirme Gaviscon o algo así".
Esa misma noche, tras exámenes y una resonancia magnética, los médicos detectaron un tumor del tamaño de una pelota de tenis en su abdomen.

Le detectaron un tumor. Foto:iStock
Dos días después fue intervenida quirúrgicamente. Los médicos inicialmente pensaban que el tumor podía ser extirpado, pero encontraron un panorama más complejo.
"Mi cáncer era bastante agresivo y ya se había propagado al revestimiento del estómago, los ganglios linfáticos, la pelvis y el hígado", explicó Tahnee.
Aunque durante la operación no se mencionó el carácter terminal de la enfermedad, durante una cita de seguimiento con un oncólogo dos semanas después, se le comunicó la verdad.
"Me dijeron que es incurable y que la quimioterapia lo tratará, pero solo por un tiempo determinado", señaló.

Tahnee Driver, de 39 años, entrenadora de bienestar en centros de atención a personas mayores. Foto:Redes sociales
Contarle la noticia a sus hijas fue uno de los momentos más duros.
"No estaba segura de cuándo ni cómo tener la conversación. Pero una mañana, mientras preparaba el desayuno, me volví hacia Zahlia y le dije: ‘Tu papá y yo tenemos algo que contarte’".
"Simplemente me miró y me preguntó: ‘¿Tienes cáncer?’", recordó Tahnee. "Me quedé sin palabras".
En ese momento, un cartero interrumpió la escena entregando un paquete de la organización benéfica contra el cáncer Mummy’s Wish, con peluches y libros reconfortantes para sus hijas. "Era justo lo que necesitábamos en ese momento", expresó. "Un pequeño rayo de luz en un momento muy oscuro".

Los médicos detectaron un tumor del tamaño de una pelota de tenis en su abdomen. Foto:Redes sociales
Está previsto que Tahnee comience la quimioterapia el 8 de agosto. Aunque el tratamiento no será curativo, podría extender su tiempo de vida.
Ella espera retomar trabajos livianos entre las sesiones de quimioterapia, con el apoyo de su madre, su hermana Chloe y amigos cercanos que han organizado turnos de cena para ayudar a la familia.
Entre sus planes pendientes, ha reservado un salto en paracaídas para el 6 de septiembre y espera conocer en persona al músico australiano Jimmy Barnes, algo que su hermana Chloe intenta concretar.
En octubre, Tahnee cumplirá 40 años y sueña con llevar a sus hijas a un crucero familiar por Nueva Zelanda.
Un mensaje para otras mujeres: escuchar al cuerpoTahnee ahora busca generar conciencia para que otras mujeres tomen en serio los signos que da el cuerpo.
"Me hubiera gustado que cuando estuve allí para hacerme la prueba de Papanicolaou (meses antes) también me hubieran podido hacer esta prueba", reflexionó.
"Ignoré mis síntomas. Pensé que solo estaba hinchada por la pizza, pero quiero que mi historia ayude a otros a detectarlo antes".
Con firmeza concluyó: "Esta es mi historia y mi lucha. Aunque nadie más haya llegado hasta aquí, yo planeo llegar hasta el final".
Más noticias en EL TIEMPO*Este contenido fue escrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de conocimiento público divulgado a medios de comunicación. Además, contó con la revisión de la periodista y un editor.
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