Andalucía, un espectáculo para todos los sentidos

Con 94 millones de turistas internacionales, España se ubica como el segundo país más visitado del mundo según la OMT. Toda la península ibérica es un deleite completo para conocer, con un elemento adicional que es atractivo para los turistas latinos: el idioma español que facilita la experiencia.

España cuenta con innumerables atractivos, pero este texto se centrará en una de las comunidades autónomas más extensas y ricas en diversidad cultural: Andalucía. Esta región del país ibérico refleja una faceta de España muy conocida internacionalmente: la de los toros y el flamenco. Pero también es una región con una carga histórica relevante, pues fue la última porción del territorio ibérico reconquistado por los reyes católicos. Esa mezcla de hechos hace de Andalucía una región única, con múltiples ciudades que han sido testigos y protagonistas de esos momentos.

Acá tres reseñas de tres ciudades andaluzas que deberá incluir en su primer viaje a esta zona de España. Acompáñeme:

La capital de Andalucía es una ciudad monumental en todo el sentido de la palabra. La ciudad alberga uno de los cascos históricos más extensos de Europa, con tres edificios icónicos en el centro de su centro, declarados por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad: el Archivo de Indias, la Catedral y el Real Alcázar. La Catedral ostenta el título de ser la más extensa en estilo gótico del planeta y su campanario es el símbolo de Sevilla ante el mundo – La Giralda-.

Sevilla es un deleite de callejones estrechos y plazas con encanto. El barrio de Santa Cruz, la antigua judería de la ciudad, es un retaso urbano en tonos blancos y amarillos. La Giralda se divisa desde la mayoría de sus calles, pues el barrio colinda con la Catedral y alberga al Alcázar, donde se hospedan los reyes de España cada vez que visitan la ciudad.

Además del centro, Sevilla cuenta con una serie de símbolos urbanos indispensables de visitar. La Plaza España, construida en medio de la Exposición Iberoamericana de 1929, es una de las plazas más hermosas de Europa. Hay que visitarla con calma y, ojalá, en diferentes momentos del día, pues el ladrillo de su fachada cambia de tono a medida que el sol avanza en su recorrido por el cielo. Infaltable también es el ascenso a Las Setas, la estructura de madera más grande del mundo, desde donde se obtienen unas imágenes memorables del horizonte sevillano. Este mirador fue inaugurado en 2011 y año tras año incrementa su fama por las hermosas vistas que regala de la capital andaluza.

Finalmente, no deje de dar un paseo por la orilla del Guadalquivir, ni de cruzar el Puente de Triana para visitar su barrio homónimo, famoso por su trabajo en cerámica. Allí seguro se antojará de algún recuerdo para transportar con cuidado a casa.

Granada es la ciudad de Andalucía con mayor relevancia histórica. Fue el último bastión del reino nazarí en territorio español, y la rendición de la ciudad ante los Reyes Católicos marcó el punto final del proceso de reconquista en 1492. Estos hechos cruciales marcaron a Granada de por vida y son, en parte, la esencia de su atractivo turístico.

El mayor símbolo del Sultanato de Granada – como se le conocía en su época musulmana – fue La Alhambra, un exquisito palacete amurallado que se ha sostenido en pie por casi 800 años. Granada, en términos turísticos, es La Alhambra desde sus diferentes facetas y perspectivas. Además de visitar todo el complejo monumental, para conmoverse con la belleza de su arte andalusí y con la delicadeza de los jardines del Generalife, es infaltable recorrer el Paseo de los Tristes, para ver las murallas bajo el efecto del contrapicado; así como visitar el Barrio del Albaicín, para deleitarse con las vistas de La Alhambra con la sierra nevada de fondo.

A la Alhambra le han producido poemas, canciones, documentales y hasta declaraciones de amor. Es un monumento con muchos diplomas: fue el primer sitio de España en ser declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO y es actualmente el segundo lugar del país que más visitantes registra. De hecho, las entradas a los Palacios Nazaríes, la joya de la corona en todo el complejo, se agotan con meses de anticipación.

Si le queda algo de tiempo en el itinerario tras ver La Alhambra, dese un paseo por la Gran Vía y la Avenida de la Constitución, para disfrutar un poco de la ciudad del presente. También reserve un par de horas para visitar el Monasterio de la Cartuja, uno de los templos que mejor exponen la obra del barroco español.

A Málaga se le conoce comúnmente como la capital de la costa del sol porque tiene el privilegio de estar bañada por el Mar Mediterráneo. También se le conoce como “La novia del sol” porque suele disfrutar de un clima cálido casi todo el año. La relación de Málaga con el mar es mágica, pero no dependiente; pues es una ciudad costera que ofrece mucho más que playas para el disfrute del turista.

Málaga cuenta con un centro histórico pequeño, pintoresco y desordenado, con una imponente Catedral que sobresale desde donde se mire. La ciudad es custodiada por dos grandes vigías: la Alcazaba, herencia de la época morisca, y el castillo de Gibralfaro, una fortaleza desde donde se obtienen las mejores vistas de la ciudad, y donde se comprueba porqué es que le dicen la “novia del sol”. Prepárese para divisar postales memorables y para tomarse muchas fotos en cada mirador. Por más reticente que se sea al lente, el paisaje es tan bello que querrá posar con él de fondo.

La ciudad tiene también un componente cultural relevante, pues alberga una veintena de museos para elegir. El porqué de esta nutrida oferta museística radica en que el afamado Pablo Picasso nació allí. Si en la agenda solo hay tiempo para un museo, la sugerencia es que sea justo el Museo Picasso, para conocer la historia y el origen de su obra cubista. Si hay tiempo para más, la “sucursal” del parisino Centre Pompiduo lo espera en pleno puerto.

Y no podía faltar en una ciudad portuaria el recorrido con calma por su línea de costa. Inicie el recorrido por el Palmeral de las Sorpresas, pasando por el Parque de Málaga y el Muelle Uno, para culminar en el malecón de la Playa de La Malagueta. De seguro sus pies quedarán exhaustos, pero valdrá la pena, pues apreciará cómo el azul del cielo malagueño- nítido y luminoso- desdibuja las nubes a lo lejos para combinarse con el azul mediterráneo del mar.

Otros datos prácticos de Andalucía:

Andrés Camilo Franco - Para EL TIEMPO