De Tornquist a Rosario o Paraná, un recorrido por parques y plazas para disfrutar la obra de Carlos Thays

Desde las formas simétricas de un paseo público alemán decorado con la flora autóctona de Sudamérica hasta un señorial jardín afrancesado en plena pampa húmeda, todo cabe en el universo de espacios verdes creados por Carlos Thays en decenas de ciudades y pueblos de Argentina.
El aporte virtuoso del naturalista, arquitecto y urbanista francés desde 1889, cuando llegó al país desde París (donde había nacido en 1849) siguió adelante incluso hasta la actualidad a través de cinco generaciones de ingenieros agrónomos y paisajistas de su familia que siguieron sus pasos.
Jules Charles Thays (tal el nombre original del pionero) había cruzado el Atlántico con el único propósito de dar forma al Parque Sarmiento, el más extenso pulmón de aire fresco desplegado en el centro de la ciudad de Córdoba. Cumplió con creces con ese objetivo, lo que le valió la convocatoria por parte de Francisco Bollini -entonces intendente de Buenos Aires- para asumir como director de Parque y Paseos de la ciudad.
Jules Charles Thays, paisajista, arquitecto y urbanista francés, nacido en París en 1849 y fallecido en Buenos Aires en 1934.
Para honrar el cargo que se disponía a ejercer desde 1891 hasta 1913, Thays se dedicó a estudiar las características de la flora de la región y las especies autóctonas del país, sin descuidar la formación de su hijo porteño Carlos León (nacido en 1894), quien resultaría su más acabado discípulo.
Hasta entonces, el único sector arbolado de la ciudad era el parque Tres de Febrero, surgido en la década del '70 del siglo XIX por iniciativa del presidente Domingo Faustino Sarmiento.
Thays se encargó de poner en valor ese espacio destinado a la recreación sin exclusiones -popularizado como “Bosques de Palermo”- y de crear o remodelar otras 68 parcelas aptas para la distensión y el ocio, entre ellas los parques Centenario, Barrancas Belgrano, Avellaneda, Lezama, Rivadavia y Los Andes, más las céntricas las plazas de Mayo y Congreso, además del Jardín Botánico.
Plaza Colón, en Azul.
La eficaz fórmula del especialista combinaba senderos arbolados en línea recta con caminos curvos, fuentes, esculturas, rotondas, lagos, gazebos para bandas de música, áreas deportivas, baños públicos, juegos infantiles, glorietas y bebederos.
El Parque 9 de Julio de Tucumán.
Esos diseños de estética paisajística que alternaban -según el caso- los diseños simétricos con algún delicado toque inglés y, sobre todo, el pintoresquismo francés de la Belle Époque, también fueron aplicados por Thays en más de 50 parques de estancias rurales, unos 40 jardines de residencias familiares y decenas de paseos públicos del interior, como el vistoso Parque 9 de Julio de San Miguel de Tucumán, inaugurado en 1908.
Así como sugiere el circuito de construcciones monumentales levantadas en los años '30 por el arquitecto italiano Francisco Salamone en la provincia de Buenos Aires, el legado de la dinastía Thays traza un itinerario para planear una escapada, en donde el atractivo paisajístico y natural del histórico espacio verde de cada destino se suma a sus referencias más promocionadas.
El parque de Thays y , asomando, la torre de Salamone, en Tornquist.
Uno de los más completos exponentes de ese patrimonio invaluable se exhibe en las seis manzanas de la plaza de Tornquist -cerca de Sierra de la Ventana-, donde el proyecto presentado al terrateniente Ernesto Tornquist en 1905 deja la iglesia Santa Rosa de Lima en el centro exacto del terreno, enmarcada por un lago con islotes y puentes, 300 árboles, calles peatonales, juegos infantiles, bancos, esculturas y fuentes.
Aquí, además, la clásica postal fusiona el legado de Thays con el monumental edificio de la Municipalidad que lleva la marca indeleble de Salamone.
Parque Independencia en Rosario.
A su vez, la armónica traza de la plaza Rivadavia de Lincoln -rebautizada Parque General San Martín- se debe a un proyecto presentado en 1920 por Carlos Thays hijo.
El lugar guarda algunas reminiscencias con el Área Natural Protegida El Potrero, el único jardín botánico privado del país, concebido en Victoria (Entre Ríos) alrededor de un casco de 1850 que perteneció a Joaquín Vivanco, médico personal del ex presidente de la Nación Justó José de Urquiza.
Parque General San Martín, en Lincoln.
Los exuberantes jardines diseñados por Charles Thays en 1902 para la plaza Colón de Azul y remodelados por Salamone con un estilo más vanguardista parecen multiplicarse en los tres niveles del Parque Urquiza, cuyas 44 hectáreas se extienden sobre una barranca con vista al río y al puerto de Paraná.
Desde esta reserva ornamentada con árboles, plantas y flores surcados por escaleras, calles, esculturas y senderos que convergen en un rosedal, Thays y el jardinero japonés Julio Kumagae cargaron de fragancias naturales la atmósfera de la capital de Entre Ríos.
La misma sensación de bienestar se respira en el Parque Independencia de Rosario, Santa Fe (proyectado por Thays en 1900 y abierto al público en 1902), y en el parque que florece junto al humedal de la Maltería Hudson (en el partido de Berazategui), una franja costera recuperada por Carlos León Thays en 1936.
Parque de la Independencia de Rosario.
Hay mucho más para descubrir de la obra fundacional desprendida de las manos virtuosas del pionero y sus descendientes. Para eso se puede apuntar la mira hacia el Delta de Tigre o el parque de la Residencia Presidencial de Olivos. Pero las huellas de Thays también aparecen repentinamente en el camino, fuera de todo programa.
Clarin