Negocios y paz: La doctrina Trump puesta a prueba por la realidad en Oriente Medio

Rey de la hipérbole en lo que se refiere a sus propios méritos, Donald Trump también practicó este ejercicio para sus anfitriones durante su gira por el Golfo. Su gusto por el mármol y el dorado se materializó en palacios saudíes, cataríes y emiratíes. Las inmensas torres, los suntuosos proyectos arquitectónicos: todo esto, para el magnate, define el éxito de un país, su modernidad, su riqueza. Ante nuestros ojos, una nueva generación de líderes está trascendiendo los antiguos conflictos y las desgastadas divisiones del pasado, y forjando un futuro donde Oriente Medio se defina por el comercio, no por el caos; donde se exporte tecnología, no terrorismo; y donde personas de diferentes naciones, religiones y creencias construyan ciudades juntas, no se bombardeen hasta el olvido. »

Este pasaje del discurso pronunciado por el presidente norteamericano en Riad el 13 de mayo fue cortés. A continuación se hicieron observaciones sobre el significado que la Casa Blanca quería dar a esta gira, más allá de la lluvia de pedidos y asociaciones. "Las relucientes maravillas de Riad y Abu Dabi no fueron creadas por los llamados constructores de naciones, neoconservadores u organizaciones liberales sin fines de lucro, como aquellos que gastaron billones de dólares en fracasar en el desarrollo de Kabul, Bagdad y tantas otras ciudades", dijo el presidente. En cambio, el nacimiento de un Medio Oriente moderno fue posible gracias a los propios pueblos de la región. »

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