Catherine Millet, la madre y sus abismos

Duda sobre la fecha, y la vacilación, manifestada, subraya la búsqueda de precisión y, luego, en cierto punto, su impasse. El 21 o 22 de marzo de 1982, Catherine Millet, que entonces tenía 33 años, fue a ver a su madre Simone a su apartamento en Bois-Colombes (Hauts-de-Seine). Los lectores de Une enfance de rêve (Una infancia soñada) (Flammarion, 2014) y Commencements (Flammarion, 2022), dos de sus libros autobiográficos anteriores, quizá recuerden los lugares donde creció la escritora. Su madre está enferma de cuerpo y alma. Entra y sale del hospital con frecuencia. Su hija recuerda haberla sostenido en brazos solo dos veces. También la vio una vez, de niña, salir por la ventana. No había saltado.
El 21 o 22 de marzo, "No recuerdo lo que pasó mientras estaba en el apartamento ni lo que nos dijimos. Solo la última escena, en el rellano, forma un bloque muy distinto, despojado, siempre con esa luz rubia".
Libération