En Mónaco, la historia del arte es un universo heterogéneo

Según su punto de vista, la exposición "¡Colores!", organizada en el Foro Grimaldi de Mónaco, le parecerá brillante y particularmente estimulante, incluso disfrutable en muchos aspectos, o, por el contrario, fundamentalmente escandalosa. Concebida por Didier Ottinger para el Centro Pompidou, donde ocupa el cargo de conservador general y subdirector del Museo Nacional de Arte Moderno (MNAM), plantea, en cualquier caso, una serie de temas, esencialmente museográficos, lo suficientemente atrevidos e irritantes como para merecer (y, ojalá, provocar) debate. Así pues, en ese sentido, es importante.
El comisario reconoce su deuda con el Museo de Arte Contemporáneo de Lyon, que en 1988 presentó "Solo color. La experiencia del monocromo", y con el MoMA de Nueva York, que en 2008 creó "Carta de colores", que demostró el abandono de los colores tradicionales por parte de algunos artistas en favor de las cartas de colores industriales. Su enfoque es radical: mostrar una selección de un centenar de obras maestras (algunas de las piezas expuestas no merecen esta descripción, pero no por ello menos interesantes) de las colecciones del MNAM-Centre de création industrielle, organizándolas no por escuelas históricas, ni por grandes movimientos, ni siquiera simplemente por orden cronológico, sino por color dominante.
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Le Monde