Lirismo sensorial: ¿Cómo es este día único en la Ópera de Niza? Te lo explicamos todo.

Un día en la ópera. Un día lírico, sin duda, pero diferente a una ópera, un concierto o un recital. Un día transformado en una experiencia inmersiva y sensorial.
Lleno de luces animadas, sonidos plurales y criaturas irreales.
Es posible vivirlo, hasta el 31 de agosto, bajo el oro patinado del teatro barroco de la calle Saint-François-de-Paule (1) .
Este espectáculo, donde no hay nada que comprender, solo navegar en el hilo de un sueño, de una emoción, fue imaginado por Immersive Opera y BK International, grupos nacidos del saber hacer de Étienne Guiol, un artista multidisciplinario cuyo objetivo es trabajar en la creación de contenidos de video para presentaciones en vivo.
Es con esta perspectiva insólita que produjo, en particular, en Niza, las proyecciones en vídeo de la ópera Akhnaten de Philip Glass en 2020. Así, este creador, que también formó parte del equipo artístico de las ceremonias de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París 2024, y Bertrand Rossi, director de la ópera, se conocen y se aprecian.
De ahí la onírica inmersión estival en esta otra sensación de ópera al estilo de Niza.
La musa se está divirtiendoEl encantamiento comienza con una musa de perfil griego que cae del techo y se sienta frente a un piano blanco flotante, del que brotan notas musicales pictóricas. A esto le siguen partituras que se arremolinan por la sala, que poco a poco adquiere un tono rojizo.
Otros actos, otras escenas fugaces, otros tonos se suceden transformando este teatro a la italiana.
Las cajas y la monumental lámpara ondulan, sumergidas en una lluvia de pedrería, un sol emerge lentamente, los cuadros se extienden, ángeles tocando sus trompetas flotan en el aire, llevados por las nubes. Rosa, dorado, azul, morado... La ópera ve todos los colores. La musa de nariz recta regresa. Disfruta.
Una y otra vez, mientras suenan arias familiares de Madame Butterfly , Lakmé , Preludio a la siesta de un fauno , Norma …
Suave, fluido, potente, evanescente, vibrante, ligero y cautivador, este día en la ópera se eleva hacia las estrellas. Durante 45 minutos, nos dejamos llevar por este universo caprichoso y fantástico, buscando reinventar los códigos de la ópera para el público general.
1. Un día en la ópera, hasta el 31 de agosto, todos los miércoles, jueves, viernes, sábados y domingos, de 15 a 21 horas.
Duración: 45 minutos.
Precio: 15,40 a 23 euros.
Var-Matin