El cinco veces campeón de Francia, Yoann Bonato, lidera con una gran ventaja a mitad del Rally Antibes Côte d'Azur.

En un mundo ideal, todos estarían presentes. Todo el mundo ha venido, todo el mundo está allí para celebrar, volante en mano, el aniversario de este querido y viejo Rally Antibes Côte d'Azur que llega a su sexagésimo aniversario.
Este sábado por la mañana, al comienzo del episodio 3 del campeonato de Francia, al pie del podio situado en la explanada del Pré des Pêcheurs, entre el casco antiguo y Port Vauban, pensamos en ellos.
¿A ellos? Demasiados jugadores regionales faltan en el escenario, principalmente por falta de recursos. Personas ausentes que tanto preferirían no equivocarse. Miembros del palmarés como Nicolas Ciamin (2021), que encontró refugio in extremis en los circuitos FFSA-GT en primavera, o Anthony Puppo (2017). Los presentadores habituales de la temporada 2024, llamados "CFR", Anthony Fotia y Jean-Baptiste Franceschi, también se vieron obligados a morderse los labios al margen, con el corazón encogido...
¿Y si solo queda uno? ¡Eric Camilli, por supuesto! Intocable en casa el año pasado, el jugador del Niza, de nuevo en camino de conquistar su primera corona francesa, aspira a nada menos que una segunda victoria desde el lanzamiento del juego.
"Realmente tuvimos que escupir en nuestras manos".Doce meses atrás, había dado el pistoletazo de salida y ampliado la ventaja desde el primer bucle iniciado en Villars-sur-Var. ¿Se repite? Sí y no. Al sonar el timbre del mediodía, el Hyundai i20 N del chico local está firmemente en cabeza. Está en cabeza con 5,5 segundos de margen sobre el Citroën C3 de su rival número 1, Yoann Bonato.
"Tuvimos que escupir en nuestras manos para tomar la delantera", dijo Camilli, satisfecho con el pequeño fondo acumulado en la parada del almuerzo en Cagnes-sur-Mer. En el Col de Bleine (SS 2, nota del editor) , mejoré el récord unos diez segundos a pesar de los frenos débiles al final. Si la diferencia resulta ser mínima, es mejor estar delante. Pero lo más difícil aún está por hacer.
¡En efecto! Mientras el sol ilumina el hipódromo, allá arriba, como era de esperar, se acumulan las nubes. ¿Lloverá? ¿No lloverá? Elegir neumáticos puede ser un dolor de cabeza. Camilli apuesta por el statu quo utilizando cuatro neumáticos “duros”, mientras que Bonato se centra en la llegada de la lluvia mezclando neumáticos “blandos” y “super blandos”.
"Es el viejo que tenía buena nariz."Inevitablemente habrá alguien decepcionado. Será Camilli. Justo antes del segundo paso, el cielo abre sus compuertas. Y Bleine (ES 5) se pone su traje de juez de paz. Unas cuantas manchas de niebla a ambos lados de la cumbre, un agua "abominable" fluye durante el descenso: el primero mal calzado debe contentarse con sobrevivir. En Aiglun, al final del infierno, la factura es muy alta: ¡43 segundos perdidos en 25 kilómetros! Y un poco más adelante, Toudon (ES 6, 22,2km) asesta otro golpe: 23''8 vuelos.
"No hemos tenido la misma carrera que Yoann, es una pena perderlo así", suspira el desafortunado héroe, segundo pero ahora relegado a más de un minuto (1'09''2). Un abismo.
"Una vez más, es el viejo que tenía buen olfato", resume Hugo Margaillan (Hyundai), el vecino del Var que vivió más o menos el mismo percance, 4º a 1'31''8.
Yoann Bonato, campeón de Francia en busca de una tercera victoria en Antibes (después de 2022 y 2023), puede pasar así al modo gestión. Si quedan seis especiales por afrontar este domingo, incluido Su Majestad Turini (SS 8 y 11), la rana provocadora de las alturas debería abstenerse de venir a barajar las cartas.
Var-Matin