Hace diez años, el Gran Premio de Mónaco se convirtió en un duelo eléctrico entre Hamilton y Rosberg.

Aunque todavía es demasiado pronto para saber cómo evolucionará el incipiente romance entre Lewis Hamilton y Charles Leclerc en Ferrari, el británico espera que siga una trayectoria más armoniosa que la rivalidad al estilo de Star Wars que experimentó con Nico Rosberg.

Una batalla feroz

Hace diez años, los dos entonces compañeros de equipo en Mercedes tuvieron una feroz batalla en la pista de Mónaco. Mientras Hamilton buscaba su segundo título mundial consecutivo, vio en su espejo retrovisor la presión constante de su rival dentro de las Flechas Plateadas. Un duelo nada amistoso, marcado por varios enfrentamientos a lo largo de su convivencia.

En el Principado, durante los entrenamientos libres, fue el británico quien puso punto final a la situación, una semana después del doblete de pole-victoria de Rosberg en Barcelona, ​​al marcar un tiempo de 1'17''192, más de siete décimas por delante de su vecino de boxes.

Aunque la victoria en el Principado parecía segura para Hamilton tras una clasificación y una carrera perfectamente controladas, una mala coordinación en los boxes de Mercedes y un error en el cálculo de las distancias acabaron dando la victoria al alemán. "Tuve mucha suerte. Sin duda, se merecía la victoria", admitió Rosberg en aquel momento. Lejos de aliviar las tensiones entre ambos.