Lille, tierra del ciclismo, vuelve al ambiente del Tour de Francia dos días antes de la gran salida.

En Lille, el Tour de Francia ni siquiera ha empezado, pero ya está en plena marcha. La ciudad de salida de la 112.ª edición de la Grande Boucle, que arrancará el sábado 5 de julio, se ha teñido de amarillo gradualmente en los últimos días para afinar los preparativos de cara a la primera etapa de 185 kilómetros en el norte. El jueves 3 de julio, el ambiente se intensificó aún más con la presentación de los veintitrés equipos y los 184 corredores que tomarán la salida.
La afluencia de espectadores en la capital de Flandes aún no ha alcanzado el pico de asistencia registrado durante los fines de semana de mercadillos, pero varios miles de personas se congregaron al final de la tarde en la Grand-Place (o Place du Général-de-Gaulle) para asistir a esta tradicional ceremonia oficial. Horas antes, la Place de la République bullía de actividad tras la inauguración del "Parque de los Aficionados". Para este evento, se desplegaron 1400 efectivos de la policía y las fuerzas de seguridad.
Tras tres importantes salidas en el extranjero en los últimos años —en Copenhague (Dinamarca), Bilbao (España) y Florencia (Italia)—, los organizadores del Tour de Francia han optado por comenzar en Francia, una región con un profundo apego al ciclismo. «Al elegir el norte, buscamos el fervor popular de la población local, pero también el de Bélgica, los Países Bajos y el Reino Unido», explicó Christian Prudhomme, director del Tour, a Le Monde unos días antes de la ceremonia.
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Le Monde