Roland-Garros 2025: tras los casos Sinner y Swiatek, la psicosis de la contaminación
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Es una psicosis que no dice su nombre. Se instaló en las canchas, en los vestuarios e incluso en las habitaciones de hotel en los torneos del final de la temporada pasada. El punto de partida son los resultados positivos en las pruebas de dopaje de Iga Swiatek y Jannik Sinner , causadas por una contaminación accidental -que los implicados argumentaron- para justificar la presencia en sus organismos de clostebol (un anabólico) en el caso de la italiana, y de trimetazidina (una sustancia prohibida con efectos dopantes inciertos) en el de la polaca. Desde el lado de Sinner, la teoría que se plantea es una contaminación indirecta debido a un spray utilizado por su fisioterapeuta para tratar un corte en su propio dedo. Según Swiatek, la sustancia está presente en un medicamento de melatonina que toma para combatir el insomnio.
Libération