Tras el descenso del Olympique Lyonnais a la Ligue 2, la ira de la afición se centra en John Textor

En la capital de la Galia, la conmoción ha dado paso a la ira. Pero al día siguiente de que la Dirección Nacional de Control de Gestión (DNCG), el organismo de control financiero del fútbol francés, anunciara el descenso del Olympique Lyonnais (OL) a la Ligue 2 , la ira de la afición del Ródano se dirige únicamente contra un hombre: John Textor, propietario estadounidense del club desde 2022.

En la noche del martes 24 al miércoles 25 de junio, Bad Gones, el principal grupo ultra del OL, desplegó pancartas en las murallas y puentes de la ciudad, así como frente a la basílica de Notre-Dame de Fourvière, con el lema "Textor fuera" . Reivindicaron estas instalaciones en sus redes sociales el miércoles por la mañana.

En un comunicado publicado tras la decisión de la DNCG, ya habían pedido al presidente de Eagle Football que "desapareciera del panorama lionés" . Según ellos, "este aficionado del Botafogo" —club brasileño también perteneciente al grupo estadounidense— "nunca ha sido ni será la persona idónea para el cargo" .

Los ultras también pidieron a "los numerosos acreedores [de John Textor] que retomen el control y entreguen las llaves del Olympique Lyonnais a alguien que respete la institución" y a "todos los que aman al club que salgan en su ayuda" . Según la Agencia France-Presse, otra pancarta con la leyenda "Textor: La guerra está declarada" también fue instalada en una pasarela de la circunvalación de Lyon.

John Textor se mostró confiado después de su audiencia ante el organismo de control financiero del fútbol francés el martes por la tarde, lo que hizo que la confirmación del descenso administrativo de los Gones a la segunda división, que se produjo unas horas más tarde, fuera aún más sorprendente.

El club, que ha jugado en la Ligue 1 ininterrumpidamente desde 1989, anunció de inmediato que apelaría esta incomprensible decisión. Independientemente del resultado del caso, el propietario estadounidense ya no parece bienvenido en las gradas del Estadio Groupama.