“Nos adaptamos lo mejor que podemos”: el ingenio de los empleados ante las olas de calor

TESTIMONIOS - Las olas de calor obligan a cada vez más franceses a replantearse sus hábitos laborales. Entre horarios escalonados, descansos frecuentes y consejos para el hogar, todos intentan organizarse lo mejor posible.
En su empresa constructora cerca de Montpellier, Manuel, un obrero de 44 años, ahora tiene el mismo reflejo cada mañana: "Consulto el pronóstico del tiempo incluso antes de tomarme el café. Si sube de 30 grados antes del mediodía, sé que vamos a sufrir". Ante la aplastante ola de calor que azota Francia en los últimos días, cada uno de estos profesionales tiene sus propias costumbres. Él y sus compañeros han adelantado el inicio de la obra a las 6:00 para terminar antes. Para refrescarse, a veces se sienta en su camión con el aire acondicionado a tope. Otros traen toallas mojadas o se rocían con la manguera. "Nos adaptamos como podemos", dice. Una frase que comparten muchos empleados expuestos al calor, obligados a improvisar soluciones por falta de directrices claras o protección suficiente.
Desde el 19 de junio de 2025, una ola de calor temprana ha azotado España y Portugal, con temperaturas que superaron los 46 grados en algunas zonas, mientras que en Francia, las temperaturas alcanzaron los 40 grados este fin de semana en el suroeste. Y el verano apenas comienza. Si bien el Código Laboral no establece una temperatura máxima a partir de la cual se suspenderían las labores, un decreto publicado el 27 de mayo de 2025 modifica ciertas obligaciones de los empleadores, reforzando su deber de prevención en caso de calor extremo.
Sobre el terreno, cada uno improvisa una solución adaptada a su situación. En el lugar de trabajo de Célia, empleada de un gran grupo de lujo, las oficinas se transforman en un invernadero sobrecalentado por la tarde. «Varios hemos cambiado nuestros horarios, llegando más temprano por la mañana para irnos antes de que llegue el calor. Por suerte, hay duchas en nuestra empresa, junto al gimnasio, que podemos usar para refrescarnos», a la hora del almuerzo o entre reuniones, comenta. Al mismo tiempo, se han instalado ventiladores y se han extendido los descansos. Pero «depende mucho de la buena voluntad del gerente», afirma.
Por su parte, Anaïs, consultora de 32 años en una empresa de recursos humanos, explica que los empleados de su empresa tuvieron tres días de teletrabajo excepcionales esta semana para evitar desplazamientos con el calor. Se quedó en casa el lunes, pero planea volver a la oficina mañana: "Hay aire acondicionado en mi oficina, se ha convertido en un lujo", suspira. También adaptó su atuendo a las temperaturas: "Mi gerente me dijo que viniera como quisiera, en pantalones cortos o vestido, siempre que no fuera una reunión con un cliente". Esta flexibilidad no está disponible para todos los profesionales, por ejemplo, para quienes usan uniforme, ropa de protección o trajes.
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Véronique, cartera de La Poste, comenta que las jornadas pueden ser largas. «La empresa ha instalado una fuente de agua, ha distribuido toallas refrescantes y termos demasiado pequeños y de mala calidad», explica. Para protegerse del calor, la empleada «guarda botellas de agua en el congelador la noche anterior y trae una nevera portátil para transportarlas, además de un pulverizador». Las instalaciones, al igual que los vehículos, siguen estando mal adaptadas: «No hay aire acondicionado, y si necesitas un ventilador, te lo proporcionamos», explica la cartera.
Algunas ciudades también han buscado adaptarse. En España, por ejemplo, el horario de oficina es de 8:00 a 15:00 y el trabajo al aire libre se suspende en caso de alerta roja. En algunas regiones, como Extremadura, las cosechas agrícolas se realizan por la noche, y en Andalucía, los trabajadores de la construcción solo trabajaban por la mañana durante el verano. Inspirado por este ejemplo, el ayuntamiento de Morsang-sur-Orge (Essonne) ha adaptado el horario de sus servicios administrativos. Del 30 de junio al 4 de julio, el Ayuntamiento cerrará excepcionalmente a las 16:30, adelantando el inicio de la jornada a las 7:30. También se ha implementado una pausa para el almuerzo más corta. El objetivo: permitir que los empleados eviten las olas de calor máximas sin comprometer la continuidad del servicio público.
¿Será necesario modificar la legislación ante la intensificación de las olas de calor? Por ahora, el Ministerio de Trabajo reitera que los empleadores están obligados a proteger la salud de sus empleados. Los sindicatos, por su parte, exigen regulaciones más estrictas. Mientras tanto, los empleados se las arreglan con lo que pueden: ventiladores personales, horarios escalonados, ropa ligera... y, a veces, incluso una ducha entre reuniones.
lefigaro