Aeropuertos: ¿Terminará pronto la regla de los 100 ml para líquidos permitidos en la cabina?

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Al volar, hay un paso que los pasajeros pasan con aprensión: los controles de seguridad, con la prohibición de llevar líquidos de más de 100 ml en la cabina. Así, hay quienes, previsores, meten sus cosméticos en el equipaje facturado. Y quienes, por el contrario, cometen un descuido desafortunado.

"Cuando llegué a los controles de seguridad, me dijeron que no, que no pasaría, así que tuve que tirar mi perfume... cuesta cierto precio, quizá 60 euros", lamenta un hombre. También están los pasajeros que todos hemos visto, aquellos que se obligan a terminar su botella de agua. "Como la he pagado, quiero que se la beban, no quiero que la tiren", explica una viajera.

El límite de 100 ml fue impuesto hace 20 años por las autoridades para combatir el terrorismo. Pero esta norma podría desaparecer pronto. Ahora existen nuevas máquinas que detectan los líquidos utilizados para fabricar explosivos. En Roma, Italia, el aeropuerto ha instalado unas cincuenta de estas.

A través de esta pantalla, el operador puede consultar el contenido del equipaje. Si hay líquidos o sustancias peligrosas para el transporte aéreo, esto se indica mediante colores y alertas específicos, explica Paolo Giannobile, director de operaciones del Aeropuerto de Roma Fiumicino.

Por lo tanto, los pasajeros pueden llevar contenedores de hasta dos litros. "Por ejemplo, de forma muy sencilla, ahora se puede guardar una simple botella de vino o una botella grande de agua, que los pasajeros suelen llevar de vacaciones", continúa Paolo Giannobile.

Un grato descubrimiento para estos pasajeros franceses, a quienes les damos la noticia. Los aeropuertos que cuentan con estos escáneres pueden prescindir de la regla de los 100 ml. En Francia, Orly y Roissy solo tienen diez, insuficientes para equipar una terminal completa. El proveedor planea instalar cuarenta más en París, pero eso tardará dos años.

"En general, las operaciones continuarán y los pasajeros seguirán transitando. Por lo tanto, no podemos cerrar una terminal entera ni hacerlo de la noche a la mañana", enfatiza Guillaume Humbert, gerente de cuentas de Smiths Detection.

Dentro de cinco años, todos los aeropuertos europeos podrían estar equipados con estas máquinas, lo que permitiría a los viajeros no tener que obligarse a terminar sus botellas de agua.