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«En tres meses, tuve seis nacionalidades diferentes»: Hauts-de-France atrae cada vez a más cicloturistas.

«En tres meses, tuve seis nacionalidades diferentes»: Hauts-de-France atrae cada vez a más cicloturistas.

Con la proliferación de rutas ciclistas, el cicloturismo es cada vez más popular. La región de Hauts-de-France ha registrado más de un millón de ciclistas utilizando sus rutas.

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Tiempo de lectura: 2 min
Las empresas se benefician enormemente del auge del cicloturismo. (NICOLAS JOLY / FRANCEINFO / RADIOFRANCE)

El cicloturismo está de moda. Ya no hace falta coche para admirar las playas del norte. Con la proliferación de ciclovías, los ciclistas ahora tienen rutas preferidas en la región de Hauts-de-France. La ruta ciclista más conocida de la región es la Vélomaritime: 1500 kilómetros de carril bici, desde Roscoff, en Finisterre, hasta Dunkerque, en el norte.

En 2024, 622.297 ciclistas utilizaron el Vélomaritime, y se instalaron sensores para medir la afluencia de personas en esta ruta exclusiva para bicicletas. «En bicicleta se ven otras cosas», explica Françoise. « Se ven urbanizaciones, se toman desvíos. Se ha hecho un gran esfuerzo en este Vélomaritime en cuanto a senderos y ciclovías. Casi nunca uso el GPS; la señalización es extraordinaria. Es impresionante».

Estos cicloturistas son una nueva clientela para las empresas. Los administradores de los campings están lidiando con la llegada de estos turistas. «Hemos tenido daneses », comenta con entusiasmo Angélique Minnie, directora del camping Réguèn Park en Berck-sur-Mer. «Hemos tenido gente de todas partes, además de grupos regulares de belgas. A veces se toman un café o un cruasán y luego siguen su camino». Estos turistas nunca se quedan mucho tiempo, no lo suficiente como para disparar la facturación. «Son una o dos noches. Todavía es pequeño, pero está creciendo cada vez más. Ya veremos en unos años».

Otros apuestan fuerte por las dos ruedas. Romain Gaillot acaba de abrir un bar, "Berckail". Frente a la entrada de su establecimiento, hay numerosas bicicletas, que el gerente alquila. Intenta atraer nuevos clientes —nuevos turistas— con su combinación de cerveza y bicicleta. "Creo en ello. Sin el Vélomaritime, no se me habría ocurrido. Imagínense, tres meses después de abrir, ya he tenido seis nacionalidades diferentes. Hay muchos franceses, por supuesto. Muchos están descubriendo la Costa de Ópalo".

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