Italia: En Roma, Emmanuel Macron y Giorgia Meloni mantienen conversaciones de tres horas para aliviar las tensiones

Giorgia Meloni y Emmanuel Macron demostraron este martes su "compromiso compartido" y su "fuerte convergencia" durante un largo encuentro cara a cara en Roma para disipar las tensiones de las últimas semanas, que se han cristalizado desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
Cada uno susurra al oído del presidente estadounidense: el francés sobre Ucrania, el italiano sobre los aranceles. Pero el resultado de sus respectivos esfuerzos de mediación sigue siendo incierto, y el diálogo entre los líderes de Francia e Italia, a menudo rivales, es complicado. La reunión del martes por la noche en la capital italiana, que el presidente francés afirma haber iniciado, tenía, por lo tanto, todas las características de un intento de reconciliación.
Una cumbre franco-italiana prevista en Francia para principios de 2026Emmanuel Macron recibió una cálida bienvenida del primer ministro italiano. Tras un beso y una gran sonrisa, entraron al Palazzo Chigi, sede del despacho del primer ministro, para un encuentro íntimo de tres horas, seguido de una cena.
«Italia y Francia, comprometidos con su papel como Estados fundadores de la integración europea, pretenden reforzar su compromiso común con una Europa más soberana, más fuerte y más próspera, sobre todo por la paz», declararon ambos países vecinos en un comunicado conjunto tras las conversaciones. «La reunión puso de relieve importantes convergencias en la agenda europea de competitividad», añadieron, anunciando una cumbre bilateral «en Francia a principios de 2026».
Antes del viaje, la presidencia francesa afirmó que quería verificar que "somos realmente capaces de avanzar juntos en lo esencial" con Italia. El viernes, Giorgia Meloni reconoció las "diferencias", aunque las minimizó y negó cualquier "problema personal" con Emmanuel Macron. "Hay mucho revuelo al respecto", bromeó.
Dos visiones contradictorias de EuropaDesde 2022, año de la reelección de Emmanuel Macron, el progresista europeísta, y de la victoria electoral de la nacionalista Giorgia Meloni al frente de una coalición entre la derecha y la extrema derecha, la relación no ha sido sencilla.
Pero los intereses comunes, empezando por el apoyo incondicional a Ucrania, han permitido desde hace tiempo superar dos visiones divergentes de Europa, sobre todo desde que el primer ministro italiano, un postfascista, ha optado por la apuesta de tener influencia en Bruselas en lugar de enfurruñarse ante las instituciones europeas.
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca en enero alteró estos equilibrios. «Existe una rivalidad innegable», señala Marc Lazar, profesor de Sciences Po en París. Ambos líderes han adoptado «estrategias diferentes» hacia el presidente estadounidense: «mediación y compromiso» para el italiano, «firmeza sin ruptura» para el francés, declaró a la AFP este especialista en relaciones transalpinas.
Según él, el gobierno italiano "cree que por su proximidad ideológica con la administración estadounidense" "podrá obligarla a dar marcha atrás en los aranceles comerciales".
Diferentes archivos preferencialesSin embargo, del lado francés, mientras dicen que "respetan" que todos puedan "mantener la mejor relación posible con el presidente Trump", insisten en que las negociaciones comerciales son responsabilidad de la Comisión Europea, como para negar a Giorgia Meloni un verdadero papel como mediadora.
Emmanuel Macron, por su parte, se posiciona como un líder europeo en la cuestión ucraniana, hablando con Donald Trump muy regularmente, invocando la relación establecida durante el primer mandato del multimillonario republicano.
Y su deseo de construir una "coalición de voluntarios" dispuesta a proporcionar "garantías de seguridad" a Ucrania, o incluso a desplegar tropas allí como parte de un futuro acuerdo de paz con Rusia, ha perturbado el entendimiento que existía previamente entre Roma y París sobre esta cuestión.
En las últimas semanas, el viaje del presidente francés a Kiev con los dirigentes británico, alemán y polaco -pero sin Giorgia Meloni- y luego la reanudación de este formato al margen de una cumbre europea en Albania, han puesto las disputas en el primer plano.
Se expresó apoyo a Ucrania"Entre los europeos, la cuestión de los formatos debe gestionarse según el principio del mayor impacto posible dadas las circunstancias", desestimó el Palacio del Elíseo. En cuanto al fondo, Francia señaló que Italia, al igual que otros países, "siempre ha insistido" en la "participación estadounidense en este sistema".
La declaración conjunta sobre esta cuestión se limita a reafirmar que "el continuo e inquebrantable apoyo de Francia e Italia a Ucrania es aún más necesario para lograr una solución justa y duradera".
Los dos países también acuerdan "coordinar sus esfuerzos en la movilización y acción europea", como si buscaran complementariedad en su relación con la administración Trump.
Le Progres