La ONU debe regular la carrera descontrolada de Trump hacia los fondos marinos

El organismo de las Naciones Unidas que regula la minería de aguas profundas debería adoptar normas que autoricen la extracción de metales de las profundidades, insiste este editorial del semanario liberal británico “The Economist”.
A unos 5.000 metros de profundidad bajo el Océano Pacífico se encuentra un tesoro: 270 millones de toneladas de níquel y 44 millones de toneladas de cobalto. Estos metales se han acumulado allí poco a poco durante millones de años, formando concreciones metálicas llamadas «nódulos».
Estas grandes piedras se encuentran en un área de 4,5 millones de kilómetros cuadrados conocida como Área Clarion-Clipperton (CCA), ubicada a 800 kilómetros al sureste de Hawái, y pueden cosecharse utilizando un robot que funciona como cosechadora y aspiradora.
Estos metales podrían desempeñar un papel vital en la transición energética hacia el abandono de los combustibles fósiles: proporcionan los recursos necesarios para lograrlo a largo plazo y, al mismo tiempo, ofrecen una alternativa a la minería terrestre de cobalto y níquel, que tiene desastrosas consecuencias humanas y ambientales.
En 1994, se estableció la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA), bajo los auspicios de la ONU, para supervisar la gestión de los fondos marinos profundos en aguas internacionales «en beneficio de la humanidad». Su normativa sirve de referencia para otros territorios inexplorados, como la Luna. La ISA

The Economist, una importante institución de la prensa británica, fundada en 1843 por un sombrerero escocés, es la biblia para cualquier persona interesada en las noticias internacionales. Abiertamente liberal, generalmente aboga por el libre comercio, la globalización, la inmigración y el liberalismo cultural. Se imprime en seis países y el 85 % de sus ventas se realizan fuera del Reino Unido.
Ninguno de los artículos está firmado: una tradición de larga data que el semanario apoya con la idea de que “la personalidad y la voz colectiva importan más que la identidad individual de los periodistas”.
En el sitio web de The Economist, además de los artículos principales del periódico, encontrará excelentes informes temáticos y geográficos elaborados por The Economist Intelligence Unit, así como contenido multimedia, blogs y un calendario de conferencias organizadas por el periódico en todo el mundo. Además, encontrará actualizaciones periódicas de las principales cotizaciones bursátiles.
La cobertura de la revista puede variar entre ediciones (Reino Unido, Europa, Norteamérica, Asia), pero el contenido es el mismo; sin embargo, en el Reino Unido, algunas páginas adicionales cubren noticias nacionales. The Economist pertenece en un 43,4 % a la familia italiana Agnelli, y el resto se reparte entre importantes familias británicas (Cadbury, Rothschild, Schroders, etc.) y miembros de la redacción.
Courrier International