Princesse Tam-Tam y Comptoir des Cotonniers se declaran en suspensión de pagos

Las marcas de prêt-à-porter Princesse Tam-Tam y Comptoir des Cotonniers fueron puestas en administración de justicia el martes 1 de julio por el Tribunal de Actividades Económicas de París, según supo la Agence France-Presse (AFP) el miércoles 2 de julio de una fuente cercana al caso.
Estas marcas, especializadas respectivamente en lencería y ropa femenina, habían presentado esta solicitud debido al "continuo deterioro financiero" de sus cuentas, "en un contexto de mercado que no mejora" , indicó una fuente a la AFP a finales de junio.
Ambas marcas pertenecen al grupo Fast Retailing France, filial del gigante japonés del mismo nombre, cuya marca insignia es Uniqlo. El grupo ya había anunciado en junio de 2023 que estaba considerando cerrar 55 de sus 136 tiendas Comptoir des Cotonniers y Princesse Tam-Tam en Francia, además de recortar 304 puestos de trabajo en estas dos marcas.
El objetivo de este plan era «seguir adaptando Fast Retailing France a la evolución del mercado textil y frenar las graves dificultades que afrontan la empresa y sus filiales para garantizar su sostenibilidad», según el grupo.
Competencia de la “moda ultrarrápida” y los productos de segunda manoComptoir des Cotonniers y Princesse Tam-Tam no han sobrevivido a la crisis que afecta a las marcas de prêt-à-porter de gama media, que se enfrentan a la competencia del auge de la "ultra fast-fashion" y de los productos de segunda mano.
Anteriormente, algunos de ellos ya habían sufrido la pandemia de COVID-19, que paralizó la actividad económica, seguida de inflación, aumento de los costos de la energía, las materias primas, los alquileres y los salarios. Esta serie de dificultades ejerció una gran presión sobre estos conocidos negocios en los centros urbanos y zonas comerciales.
Camaïeu, Kookaï, Burton of London, Gap France, André, San Marina, Kaporal, Jennyfer, Du pareil au même, Sergent Major, Esprit, C & A, Naf Naf, IKKS: ninguna de estas marcas ha salido indemne. Algunas han cerrado tiendas y despedido a empleados, otras se han declarado en concurso de acreedores y algunas incluso han tenido que recurrir a la liquidación.
El mundo con AFP
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