¿Puede el capitalismo servir también al bien común?

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¿Y si las ganancias no fueran un fin en sí mismas? Los emprendedores quieren demostrar que otra forma de capitalismo es posible: exigente y rentable, sin duda, pero más útil para la sociedad.
¿Puede el capitalismo triunfante continuar en su rumbo actual —buscando ganancias cada vez mayores para satisfacer a accionistas cada vez más exigentes— o puede también servir al bien común? En un momento en que Donald Trump mezcla despreocupadamente decisiones públicas con los intereses privados de su familia o aliados políticos, la pregunta puede parecer particularmente ingenua. Sin embargo, en la práctica, los emprendedores se plantean preguntas y demuestran que otro tipo de capitalismo es posible: exigente y rentable, sin duda, pero más útil para la sociedad.
Este es el camino que ha elegido Eric Delannoy. Este emprendedor activista fundó Tenzing Conseil, una consultora estratégica que busca romper con el molde de un sector ultracompetitivo y combatir la discriminación de todo tipo. Por ello, ofrece un modelo atípico a gigantes como McKinsey y Bain. En primer lugar, a través de sus métodos de contratación: no contrató a sus 65 consultores basándose en sus cualificaciones. Está abierto al talento que el sistema ignora:…
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