«Un auténtico fracaso económico»: la adquisición del estadio del Girondins por la aglomeración de Burdeos pone de manifiesto los límites del modelo francés de gestión de los estadios de fútbol.
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Este es el epílogo de una larga disputa entre la metrópoli de Burdeos y la empresa SBA. El estadio Matmut Atlantique, construido para la Eurocopa 2016 y gestionado hasta ahora por una filial de los grupos constructores Vinci y Fayat, pasará próximamente a manos de la ciudad. Como consecuencia de la decadencia financiera y deportiva del club Girondins (seis veces campeón de Francia con cuatro títulos en los años 80 y 90, pero que volvió a ser amateur desde su descenso a la Nacional 2 en 2024 ), el estadio está en déficit desde 2015.
Aunque esta asociación con Vinci y Fayat no ha estado a la altura de las expectativas, "la separación va bien", aseguró Christine Bost, presidenta de Bordeaux Métropole. La empresa que explota el estadio Matmut Atlantique, en una situación difícil desde 2023 y amenazada de quiebra en enero, estima que pierde entre "dos y tres millones de euros" cada año. En un procedimiento de conciliación con Bordeaux Métropole, propietario del estadio, finalmente aceptó una rescisión "sin indemnización" , tras haber acumulado
Libération