Una subasta recauda casi 7,5 millones de francos

Este jueves se celebró en Ginebra una subasta excepcional . Organizada por la casa de subastas Piguet, este evento cerró las principales ventas de junio, con un total de 7,4 millones de francos.

Entre los platos fuertes de la velada se encontraban las siete cerámicas de Pablo Picasso, que se presentaron al público y al mercado del arte por primera vez, y que despertaron gran entusiasmo. Creadas entre 1947 y 1963, estas piezas únicas alcanzaron un valor total de 272.000 francos, casi el doble de la estimación inicial.

Dos pinturas de Giovanni Battista Cimaroli, que representan vistas de Venecia, se vendieron por 457.000 francos, estableciendo un nuevo récord mundial para el artista. Otra pieza destacada de la venta fue un reloj Fabergé de oro, plata, esmalte azul y perlas, fabricado en 1907 por Henrik Wigström, uno de los más destacados orfebres de la corte imperial rusa. Esta pieza, que perteneció a la realeza, cuadruplicó su precio de venta mínimo y finalmente se vendió por 127.000 francos.

El mercado del arte contemporáneo bullía de entusiasmo con uno de los primeros monocromos de Yves Klein, que databa de 1959 y aún hoy no se ha exhibido. La obra se creó con el famoso pigmento Azul Klein Internacional (IKB), que el pintor patentó al año siguiente. La pintura se vendió por 114.000 francos. El inusual objeto de la semana, una calavera de oro, también encontró comprador. Subastada por un profesor de medicina jubilado de Ginebra, la pieza alcanzó la modesta cifra de 70.000 francos.