Unirá el continente con Sicilia: Italia construirá el puente colgante más grande del mundo

Se espera que el gobierno italiano dé la aprobación final el miércoles 6 de agosto a un proyecto de 13.500 millones de euros para construir el puente colgante más largo del mundo, que unirá la isla de Sicilia con el continente.

El viceprimer ministro y ministro de Infraestructura, Matteo Salvini, dijo que un comité ministerial daría luz verde al puente financiado por el Estado que cruzará el Estrecho de Messina, marcando una "página histórica" después de décadas de planificación.

Con dos vías ferroviarias en el centro y tres carriles de circulación a cada lado, el puente está diseñado con dos cables gemelos tendidos entre dos torres de 400 metros de altura, con una longitud suspendida de 3.300 metros, un récord mundial.

Prevista su finalización para 2032, el gobierno afirma que es una proeza de ingeniería, capaz de soportar fuertes vientos y terremotos en una región ubicada en la unión de dos placas tectónicas.

El gobierno espera que traiga crecimiento económico y empleo a dos regiones pobres de Italia, Sicilia y Calabria, y Salvini ha prometido que el proyecto creará decenas de miles de puestos de trabajo.

Varios comienzos en falso

Sin embargo, el proyecto ha provocado protestas locales por su impacto ambiental y su precio, y los críticos dicen que el dinero podría utilizarse mejor en otras partes.

Algunos críticos también creen que nunca verá la luz, recordando la larga historia de obras públicas anunciadas, financiadas y nunca terminadas en Italia.

El puente en sí ha tenido varios comienzos en falso; los primeros planos se elaboraron hace más de 50 años.

Eurolink, un consorcio liderado por el grupo italiano Webuild, ganó la licitación en 2006, pero esta fue cancelada tras la crisis de deuda de la eurozona. Sin embargo, el consorcio sigue siendo el contratista del proyecto reactivado.

Esta vez, Roma tiene un incentivo adicional para seguir adelante: ha clasificado el coste del puente como un gasto de defensa.

Italia, agobiada por las deudas, acordó, junto con otros aliados de la OTAN, aumentar masivamente su gasto de defensa al 5% del PIB, a petición del presidente estadounidense Donald Trump.

De esta cantidad, el 1,5% se puede destinar a áreas "relacionadas con la defensa", como la ciberseguridad y las infraestructuras, y Roma espera que el puente de Messina sea elegible, especialmente porque Sicilia alberga una base de la OTAN.