EDITORIAL. El extraño recordatorio veraniego de Emmanuel Macron a François Bayrou sobre Argelia

El presidente escribió una carta a su primer ministro pidiéndole mayor firmeza con Argelia. La carta fue revelada por la prensa.

Emmanuel Macron está llevando a cabo una maniobra muy extraña con respecto a su primer ministro. Extraña por el momento, en pleno letargo estival, mientras él mismo se encuentra en la residencia presidencial, mientras una parte del equipo de gobierno está de vacaciones y otra se moviliza en primera línea del incendio del Aude . Pero sobre todo extraña por el método: una carta que el presidente de la República dirige a su primer ministro, una carta que considera necesario hacer pública, cuando podría haber expresado su postura, como suele hacer, en los salones dorados del Palacio del Elíseo, durante el Consejo de Ministros.

¿Podría haber un atisbo de manipulación, o incluso un deseo de humillación, en la estrategia presidencial? Lo cierto es que, al exigir mayor firmeza con Argel, Emmanuel Macron está haciendo exactamente lo que el gobierno le pedía. Por lo tanto, no tenía necesidad de recordárselo al gobierno, y menos aún de hacerlo públicamente.

¿Qué dice este episodio argelino sobre la relación entre Emmanuel Macron y su primer ministro? Que es compleja, y probablemente se agrave. Y esto no es nuevo. Antes de apoyar a Emmanuel Macron en 2017, François Bayrou, el demócrata cristiano, lo denunció como liberal, "el candidato de las fuerzas del dinero". Y desde que llegó a Matignon, el alcalde de Pau ha insistido constantemente en su libertad, mientras que el jefe de Estado lo ha controlado implacablemente, exigiéndole que mantenga a raya a sus tropas y, en particular, impidiendo que Bruno Retailleau acapare la atención pública.

¿Se sentiría Emmanuel Macron tentado a destituir a su primer ministro? No es el escenario más probable, pero es uno. Generalmente, bajo la Quinta República, el presidente está "protegido" por su primer ministro, quien actúa como su "fusible". En el caso de la pareja Macron-Bayrou, es diferente: el primer ministro es ciertamente muy impopular, pero es un primer ministro "de teflón": todas las crisis se le escapan.

De ahí a pensar que el presidente haría bien en separarse de él incluso antes de ser censurado, ya que lo arrastraría a su impopularidad, solo hay un paso. Pero sin llegar tan lejos, con esta carta, es un Emmanuel Macron debilitado quien mata dos pájaros de un tiro: al pedirle a François Bayrou que actúe, pone en su lugar a Bruno Retailleau, cuya ambición presidencial se impone cada día más, y nos recuerda que, hasta 2027, el único responsable de la política exterior de Francia es él.