La fragmentación de la oposición iraní le impide ser una alternativa “creíble” a los mulás

La oposición iraní, tanto dentro del país como en el exilio, abarca una amplia gama de facciones, desde movimientos de izquierda hasta de derecha, incluyendo grupos monárquicos y marxistas. En los últimos años, ha intentado formar una coalición contra el régimen gobernante, en particular a través del movimiento "Mujeres, Vida, Libertad", pero estos esfuerzos han sido infructuosos.

Hoy en día, las divisiones ideológicas y políticas que caracterizan a esta oposición plural siguen siendo su principal talón de Aquiles y comprometen, entre otros factores, el surgimiento de un proyecto político alternativo a la República Islámica, en el poder desde 1979, según analistas y medios iraníes.

"La falta de una alternativa creíble y consensuada" en el seno de una oposición "muy fragmentada y dispersa" constituye un desafío fundamental a la idea de un cambio de régimen, subraya Akhbar Rooz, un medio de comunicación de la oposición .

"Esta situación hace que la idea de un cambio de régimen sea cuestionada a los ojos de los que toman las decisiones, particularmente en Israel y Estados Unidos, porque recuerda las experiencias fallidas de Afganistán e Irak", añade.

Aunque cada vez hay más voces que piden un cambio de régimen, una de las primeras líneas de falla, que se hizo evidente desde el comienzo de los ataques del 13 de junio, es la relación con Israel.

Algunos opositores creen que una transición política debe liderarse desde dentro, incluso si implica pasar por el ala moderada del régimen islámico. Otros grupos apoyaron plenamente la ofensiva israelí y exigieron la caída del gobierno actual.