70 kilómetros con muletas en el desierto… La gran aventura de Pierre Borgella, un maratonista bordelés con una sola pierna

Pierre Borgella, un atleta de Burdeos con una sola pierna, acaba de regresar de Turquía, donde corrió 70 km con muletas. Fue el único paraatleta que compitió en este Maratón de las Arenas.
Fue la aventura de su vida. Pierre Borgella, un atleta paralímpico de 23 años, completó el Maratón de las Arenas en el desierto de Capadocia, Turquía, hace unas semanas. Una hazaña que corrió con muletas a lo largo de 70 kilómetros en cuatro días... Tras sufrir la amputación de la pierna izquierda tras un grave accidente de moto a los 17 años, el joven de Bagnères-de-Bigorre nunca ha dejado de practicar deporte. De niño turbulento y jugador de rugby aficionado desde la adolescencia, siempre ha llevado sus capacidades físicas al límite. Este maratón fue un nuevo hito para él, con un profundo deseo de competir con personas sin discapacidad.
Con las manos aún rojas por el antiséptico, marcadas por las ampollas causadas por correr con muletas, Pierre relata su hazaña con total humildad. «Si logré este ultra trail, fue gracias a mi primo Léo, que me acompañó». Al igual que su familia, tan unida, los dos jóvenes siempre han sido muy unidos. Noches en campamentos con los demás maratonistas, despertarse a las 4 de la mañana para correr antes del intenso calor, descansos cada hora para hidratarse... Lo compartieron todo durante esta dura prueba.
"Paraba cada cinco minutos. Debió ser horrible para Léo", confiesa Pierre. Su primo lo esperó durante toda la carrera, una solidaridad esencial para completar la aventura. Porque los desafíos que enfrentó Pierre fueron numerosos.

Maratón de las Arenas
Primero, tuvo que trabajar su resistencia. Durante cuatro meses, Pierre se sometió a un entrenamiento digno de un atleta de élite: fortalecimiento de hombros, tres sesiones de fisioterapia semanales, entrenamientos por la mañana y por la tarde... Un nivel saludable de intensidad atlética. «El deporte salvó a Pierre y lo sigue salvando», enfatiza su madre.
Un gran tigre negro tatuado en su piel nos recuerda: Pierre está luchando. No tanto contra su discapacidad y su prótesis, que ha aceptado ("es parte de ti, aunque no sea humana"), sino contra los prejuicios que suelen impedirle competir con atletas sin discapacidad. "A menudo separamos a los atletas con discapacidad de los atletas sin discapacidad: me molesta, es bastante degradante". Esta constatación se hizo evidente muy pronto: tras su accidente, Pierre aprobó el bachillerato, retomó la natación y se matriculó en Ciencias y Tecnología de la Actividad Física y el Deporte (STAPS). Ese fue el impacto: de los ocho deportes que debía practicar cada semana, solo dos estaban adaptados a su discapacidad.
El deporte para discapacitados dejado de ladoAsí que se unió a un club de paranatación y, poco después, a un club de CrossFit en la región de las Landas. En este deporte que combina halterofilia, gimnasia y atletismo, Pierre compitió por primera vez con atletas sin discapacidad. Esto es relativamente inusual: las pruebas reservadas para paraatletas no se celebran "en los mismos lugares ni durante los mismos periodos" que las de los atletas sin discapacidad, lo que impide cualquier "prominencia para el deporte con discapacidad", según él.

Maratón de las Arenas
Interesado en el tema del deporte para personas con discapacidad, que abordó en su tesis de licenciatura, Pierre lamenta que ya «nadie habla de los Juegos Paralímpicos de 2024». Menciona la falta de financiación para que los clubes sean más inclusivos y la dificultad de acceso a las instalaciones deportivas para personas con movilidad reducida, recordando con irritación su visita a París para los Juegos, donde «solo la línea 14 estaba adaptada para él». En el Maratón de las Arenas, Pierre fue el único atleta con discapacidad. Lo mismo ocurre con su club de CrossFit. Lo afronta, en primera línea para luchar por la igualdad de todos los atletas, tengan o no discapacidad.
SudOuest