Salud. Duración de las olas de calor y peligro: una relación difícil de establecer.

¿Son las olas de calor más peligrosas cuando duran? Esta pregunta es candente en el mundo de la salud, y la respuesta aún no está clara.
Golpe de calor, problemas cardiovasculares... Los efectos nocivos del calor extremo en el cuerpo son bien conocidos. Pero ¿hasta qué punto se acumulan cuando una ola de calor se prolonga, como probablemente ocurrirá este agosto? La respuesta sigue siendo incierta.
«Lejos de ser una mera molestia, el aumento de las temperaturas puede suponer un riesgo creciente para la salud humana al causar muerte y sufrimiento y sobrecargar los sistemas sanitarios en todo el mundo», recordó en junio la rama europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Desde entonces, dos olas de calor han azotado el continente, la última de las cuales está alcanzando su punto máximo en algunos países, como Francia. No solo impactaron por su intensidad, con temperaturas superiores a los 40 grados, sino también por su duración. En Francia, se espera que las altas temperaturas se prolonguen en algunas regiones más allá del fin de semana.
“Estad atentos en los días que siguen”Esta observación alimenta las preguntas sobre los efectos en la salud de una ola de calor que dura más de unos pocos días. Europa recuerda especialmente la icónica ola de calor de 2003, que duró más de dos semanas y cobró la vida de más de 70.000 personas.
La respuesta no es obvia, porque los efectos del calor sobre la salud a veces tardan en manifestarse: al tiempo, las altas temperaturas pueden provocar un golpe de calor y una deshidratación a veces mortal, pero también pueden agravar patologías ya existentes, en particular cardiovasculares y respiratorias, en cuyo caso puede producirse la muerte o la hospitalización al cabo de varios días.
«El efecto del calor en los organismos no se siente necesariamente en un momento dado: debemos estar atentos en los días posteriores», explicó el lunes la ministra francesa de Salud, Catherine Vautrin . Y, tras varios días de ola de calor, surge una pregunta crucial: ¿la exposición a altas temperaturas tiene efectos cada vez más marcados en los organismos ya agotados por el calor?
Pocos estudios científicosLa literatura científica sobre el tema sigue siendo mesurada, y pocos estudios han examinado específicamente las consecuencias directamente relacionadas con la duración de la ola de calor. Aunque algunos estudios ya son antiguos, ofrecen algunas respuestas. Un estudio publicado en 2011 en la revista Epidemiology, basado en datos de un centenar de olas de calor en Estados Unidos, concluyó que existía un "pequeño efecto" de agravamiento en los episodios que duraban más de cuatro días. Pero, en la mayoría de los casos, el riesgo se reduce al "efecto aislado de las temperaturas de cada día": en otras palabras, el décimo día de una ola de calor no es necesariamente más peligroso ni mortal que el tercero.
En términos más generales, no todos los estudios apuntan en la misma dirección. «Algunos estudios concluyen que existe un efecto acumulativo significativo en la mortalidad, pero otros presentan conclusiones diferentes según la ciudad», llegando en ocasiones a la conclusión de que la duración de la exposición al calor tiene un efecto mínimo o insignificante, según una revisión publicada en 2018 en la revista Science Of The Total Environment.
El sueño amenazadoSin embargo, en los últimos años, la investigación ha avanzado en ciertos aspectos del calor extremo relacionados con la salud, lo que podría cambiar la situación. Esto es especialmente cierto en el caso de los efectos nocivos de las olas de calor, o incluso del calor mismo, sobre el sueño.
Este impacto fue destacado notablemente en 2024 por The Lancet Countdown, un informe publicado anualmente por la revista médica líder para evaluar los efectos del calentamiento global en la salud. «La exposición al calor también afecta cada vez más (...) la calidad del sueño, lo que a su vez tiene consecuencias para la salud física y mental», resumieron los autores. Sin embargo, el efecto negativo de la falta de sueño tiende a acumularse a lo largo de las noches difíciles, alterando la capacidad de recuperación del cuerpo.
Una síntesis de varios estudios científicos, publicada a mediados de 2024 en la revista Sleep Medicine, destacó que «el aumento de las temperaturas inducido por el cambio climático y la urbanización constituye una amenaza global para el sueño».
L'Est Républicain