Salud. ¿Por qué nos sentimos cansados ​​después de comer?

Sentirse cansado después de comer puede deberse a varios factores. En primer lugar, la digestión consume mucha energía.

Así que, cuanto más abundante o rica sea la comida, más esfuerzo tendrá que hacer el cuerpo para digerirla. Las hormonas también desempeñan un papel importante en este proceso.

De hecho, ciertos alimentos ricos en triptófano (un aminoácido que se encuentra en el pollo, los huevos, el queso, el pescado, etc.) promueven la producción de serotonina, una hormona que puede aumentar la somnolencia.

Por supuesto, si no dormiste bien la noche anterior, tu ritmo circadiano podría estar desequilibrado, lo que agrava aún más la fatiga posprandial. Por último, incluso una copa de vino puede aumentar la fatiga posprandial, ya que el alcohol tiene un efecto sedante.

¿Qué se puede hacer para evitar la somnolencia posprandial?

Come más ligero y con más frecuencia. Divide tus comidas en porciones más pequeñas y añade refrigerios equilibrados a lo largo del día (fruta, un puñado de frutos secos, etc.). Esto facilita la digestión y ayuda a prevenir los picos de fatiga.

Duerme lo suficiente. Intenta dormir de 7 a 9 horas cada noche . Y, si es posible, toma una siesta corta durante el día si tienes sueño.

Muévete después de comer. Una caminata de 10 a 15 minutos es suficiente para mejorar la digestión y recuperar energía.

Equilibra tus comidas. Llena la mitad de tu plato con verduras sin almidón, una cuarta parte con proteínas y otra cuarta parte con carbohidratos complejos (legumbres, boniatos, guisantes, etc.). Esto ayuda a estabilizar el azúcar en sangre y a prevenir bajones de energía.

Modera la cafeína. Demasiado café puede interrumpir tu sueño por la noche. Si te gusta el café por la tarde, considera alternarlo con café descafeinado.

Prueba la fototerapia . Exponerse a una luz brillante después de comer (como una lámpara de fototerapia) puede ayudar a reducir la sensación de fatiga.

Nota: Si la fatiga persiste a pesar de todos estos ajustes, consulte a un profesional de la salud. Ciertas afecciones médicas, como anemia o diabetes, podrían ser la causa.