Según una encuesta, fumar sigue siendo socialmente aceptable para algunos jóvenes

Con motivo del Día Mundial Sin Tabaco, el 31 de mayo, Santé publique France (SpF) publica este martes un estudio sobre la percepción del tabaquismo en las personas de 18 a 75 años, basado en una encuesta telefónica realizada en 2022 y cuyas respuestas se compararon con los datos de varios barómetros de la organización desde 2005.
Se descubrió que en 2022, dos tercios de las 3.229 personas encuestadas creían que «la sociedad desaprueba el tabaquismo» y que más de uno de cada dos (52,6%) pensaba que actualmente «se es menos aceptado cuando se es fumador».
Casi nueve de cada diez fumadores (86,3%) estuvieron de acuerdo con la afirmación: "La gente que te importa piensa que no deberías fumar".
Esta evolución parece reflejar "una reducción de las normas sociales favorables al tabaquismo" entre 2005 y 2022 en Francia metropolitana, lo que deberá confirmarse en futuras encuestas, escriben los autores del estudio.
Sin embargo, "ciertas señales parecen indicar una reciente reversión de la tendencia", señalan.
Así, en 2022, «el 27,3% de las personas está de acuerdo con la afirmación ‘fumar te hace sentir más cómodo en grupo’, frente al 21,7% en 2017». En 2005 era del 37,1%. Esta proporción disminuyó entre 2005 y 2010, luego se estabilizó entre 2010 y 2017, antes de volver a aumentar entre 2017 y 2022.
Además, "los individuos más jóvenes con niveles de educación más bajos tienen más probabilidades de percibir fumar como un comportamiento socialmente aceptable": solo el 29% de los jóvenes de 18 a 34 años cree que "eres menos aceptado cuando eres fumador", en comparación con el 53% de los de 35 a 54 años y el 70% de los de 55 a 75 años, según la encuesta.
La encuesta también revela que la idea de que "la sociedad desaprueba fumar" se asocia a un nivel de estudios superior al bachillerato y a unos ingresos individuales superiores a 1.800 euros al mes.
Estas variaciones en las percepciones según las características sociodemográficas reflejan una persistencia de desigualdades sociales vinculadas al tabaquismo que deben tenerse en cuenta para orientar mejor las campañas e intervenciones de prevención, concluye SpF.
Var-Matin