El Volkswagen Polo celebra su 50 aniversario: los secretos de la eterna juventud

Lanzado en 1975 como sucesor del antiguo Beetle, el Volkswagen Polo celebra su 50º aniversario con más de 20 millones de unidades vendidas. Este económico automóvil urbano debe su éxito a la anticipación de todos los avances en el mercado automovilístico.
A principios de los años 70, Volkswagen preparaba el sucesor del legendario Beetle , un modelo que luchaba contra la competencia japonesa y europea... Fue así, después del Passat (1973) y del Golf (1974), que se presentó el Polo en 1975, en línea con una nueva generación de modelos con tracción delantera y refrigeración por agua. En el Salón del Automóvil de Ginebra de ese año, el coche sorprendió a todos presentándose como un Audi 50 rebautizado, más asequible y simplificado, destinado a democratizar el acceso a un coche moderno y eficiente. Comenzó a comercializarse unas semanas después, en mayo de 1975.
Su eslogan, “ pequeño por fuera, grande por dentro ”, resume la filosofía que Volkswagen quería en aquella época. El Polo está diseñado para ser compacto (3,50 m de largo), con un motor de gasolina de 40 caballos. Un tamaño lo suficientemente grande para transportar a cuatro personas y su equipaje, garantizando al mismo tiempo un buen confort de conducción. A lo largo de siete años, la primera versión del Polo vendió 1,1 millones de unidades. Éste es el nacimiento de un best-seller. Este éxito comercial valida la estrategia del fabricante y sienta las bases de un linaje que perdurará a lo largo de las décadas sin renegar nunca de sus principios fundacionales. A partir de 1977, la gama se amplió con el Derby, una versión de tres volúmenes (carrocería de ciertos coches donde podemos distinguir tres volúmenes del Polo ofreciendo un maletero aún más espacioso para las familias.
Este primer triunfo comercial no debe nada al azar. El Polo llega en el momento justo, con los argumentos adecuados: economía, fiabilidad, modernidad técnica y precio asequible. Encarna el coche democratizado de los años 70 , aquel que permite a una nueva generación de automovilistas acceder a la movilidad individual sin arruinarse.
En 1981, Volkswagen se apresuró a sacar la segunda generación, introduciendo una ruptura estilística con su portón trasero vertical, ganando 16 cm de longitud. El familiar compacto, innovador en el segmento, se complementó en 1982 con un coupé de perfil afilado. Y esta diversificación va acompañada de un aumento de la potencia mecánica: el motor G40, equipado con un compresor volumétrico, impulsa la versión GT40 hasta los 115 caballos de potencia en 1987, mientras que el primer diésel de 45 CV amplía la gama. Producida hasta 1994, esta generación alcanzó los 2,7 millones de unidades, confirmando el anclaje del Polo en el panorama automovilístico europeo .
En definitiva, esto es lo que convirtió al Polo en un éxito de ventas : su renovación y su transición fluida hacia la modernidad. La tercera generación (1994-2001) marcó un punto de inflexión histórico con la introducción de airbags frontales, pretensores de cinturones de seguridad y ABS opcional. Estas innovaciones, hasta ahora reservadas a las berlinas premium, transforman al Polo en un laboratorio de seguridad para todos. Generación tras generación, el Polo ha sabido anticiparse a estándares y evoluciones que podrían haberlo relegado al fondo de un garaje.
Tomemos como ejemplo la seguridad: tras los avances del Polo III, la cuarta generación (2001-2009) va aún más allá incorporando de serie los airbags laterales y el ABS. Más tarde, con el Polo VI lanzado en 2017, llegaron sistemas de asistencia a la conducción dignos de segmentos superiores: frenada de emergencia con detección de peatones, regulador de distancia adaptativo, asistente de mantenimiento de carril y monitor de ángulo muerto. Tantas tecnologías que hace apenas unos años estaban reservadas a las berlinas de lujo.
Pero la modernidad del Polo no acaba ahí. Esto se expresa también en su deseo de adaptarse de antemano a los estándares ecológicos. Desde 2006, el Polo BlueMotion se ha consolidado como uno de los coches urbanos más eficientes del mercado, con un consumo de 3,3 l/100 km y unas emisiones de CO₂ inferiores a 100 g/km. Volkswagen acoge esto con satisfacción.
Esta capacidad del Polo para anticiparse y apoyar los desarrollos en el sector del automóvil queda ilustrada aún más por los Polo V y VI. Un ejemplo notable es que con su quinta generación Volkswagen propone una versión Polo R WRC (con motor de 220 CV), inspirada en el campeonato mundial de rally , que democratiza también el espíritu y el acceso a la conducción deportiva. En 2017, el Polo completó su modernización con una plataforma modular MQB, que le permite ofrecer un equipamiento moderno: habitáculo digital, carga inalámbrica de smartphones, luces "Matrix LED inteligentes".
Así que este es el secreto de la longevidad. Desde la seguridad a la conectividad, desde la eficiencia a la conducción asistida, el Polo siempre ha sabido integrar los últimos avances en tecnología automovilística, manteniéndose así a la vanguardia de la modernidad y fiel a su vocación de democratizar la innovación. Es esta capacidad de adaptación y anticipación la que le ha permitido seguir siendo un éxito de ventas y vender más de 20 millones de ejemplares desde su lanzamiento hace 50 años.
lefigaro