LSU persigue a Coastal y gana su segundo MCWS en tres años

OMAHA, Nebraska - Al salir de la temporada pasada, el entrenador de LSU, Jay Johnson, no podría haber previsto el campeonato nacional que este grupo de tenaces Tigres se llevará de regreso a Baton Rouge.

"Probablemente fue hace un año", dijo, "teníamos 12 jugadores en nuestro programa que realmente jugaron en el campo para nosotros en 2024. Doce".

Luego, citando a su mentor y patriarca del béisbol de LSU, Skip Bertman, Johnson dijo: "Terminamos con muy buena suerte".

LSU eliminó al as invicto de Coastal Carolina, Jacob Morrison, del juego con una cuarta entrada de cuatro carreras, y los Tigres ganaron su segundo título nacional en tres años el domingo con una victoria de 5-3 en las finales de la Serie Mundial Universitaria Masculina.

Los Tigres (53-15) completaron una barrida de dos juegos sobre los Chanticleers (56-13), quienes ingresaron a la final con una racha de 26 victorias consecutivas y vieron al entrenador Kevin Schnall y al entrenador de primera base Matt Schilling expulsados ​​en la parte inferior de la primera entrada.

LSU le dio a la Conferencia del Sureste su sexto título nacional consecutivo de béisbol y el undécimo en 16 años. Fue el octavo título de LSU, todos desde 1991, lo que le otorga la segunda mayor cantidad de todos los tiempos, solo superada por los 12 del Sur de California.

Johnson se convirtió en el primer entrenador de la División I en ganar dos títulos en sus primeros cuatro años en una universidad. Ningún otro entrenador había logrado tal hazaña en menos de ocho temporadas.

"No hay que darlo por sentado, haber estado aquí hace dos años", dijo Johnson. "Fue especial. La mejor noche de mi vida. Esta es igual, e incluso mejor, en algunos aspectos".

El equipo de 2023 estuvo liderado por Paul Skenes y Dylan Crews, las dos primeras selecciones del draft amateur de la MLB de ese año, y el toletero Tommy White. Fue construido para ganar un campeonato.

La buena fortuna a la que se refería Johnson fue combinar a esos 12 jugadores que regresaban de la temporada pasada con una talentosa generación de novatos que, en su mayoría, se presentó intacta después del draft y fue clasificada como la número uno del béisbol universitario, junto con 10 transferencias, incluyendo tres clasificadas entre las 10 mejores del ranking del portal. El equipo se cohesionó rápidamente.

"Tuvimos probablemente el calendario más difícil del béisbol universitario, y tuvimos un pequeño contratiempo: un pequeño obstáculo en Auburn", dijo Johnson, refiriéndose a la barrida en una serie de tres juegos en abril. "Pero aparte de eso, dominaron la temporada y el calendario".

Coastal Carolina ganó el título nacional en 2016 y estaba tratando de convertirse en el primer equipo desde 1962 (Michigan) y el quinto de todos los tiempos en ganar el campeonato en sus dos primeras apariciones en MCWS.

"Es realmente increíble regresar a Omaha después de lo que hicimos en 2016, y luego venir a Omaha, jugar como lo hicimos y volver a la final de la Serie Mundial", dijo Schnall. "Estos dos partidos no definirán lo que era este equipo".

Con el cinco veces campeón entrenador Bertman observando desde las gradas, LSU empató 1-1 en el tercero con un doblete productor de Ethan Frey y subió 5-1 en el cuarto con sencillos de dos carreras de Chris Stanfield y Derek Curiel.

Coastal Carolina se acercó a 5-3 en el séptimo contra el abridor de LSU, Anthony Eyanson, cuando el bateador No. 9, Wells Sykes, conectó su cuarto jonrón de la temporada.

Eso trajo a Chase Shores para su cuarta aparición en la CWS. El lanzador derecho de 2,03 metros alcanzó las 160 km/h con su recta, retirando a los primeros cinco bateadores que enfrentó antes de que Dean Mihos, quien conectó un jonrón en la segunda entrada, conectara un sencillo por el lado derecho al abrir la novena.

Con la afición de los Tigres de pie coreando "¡LSU, LSU!", Shores ponchó a Ty Dooley y obligó a Sykes a conectar un roletazo para doble play que sentenció el partido. El dugout de los Tigres se vació y se formó una multitud festiva detrás del montículo. Los jugadores recorrieron la pista de advertencia en fila, chocando las manos con los aficionados que se asomaban por encima del muro.

Bertman, de 87 años, entró al campo en silla de ruedas y caminó con ayuda para tomarse fotografías con los entrenadores y los jugadores.

Los Chanticleers llevaban 15 victorias consecutivas cuando Morrison (12-1) abrió. Sus 3⅔ entradas marcaron su apertura más corta de la temporada, y las cinco carreras en su contra fueron la mayor cantidad que ha permitido.

LSU llegó después de haber ganado 13 juegos seguidos en los que uno de sus dos mejores lanzadores, Kade Anderson y Eyanson, fue titular.

Anderson, uno de esos 12 jugadores que permanecieron en el equipo, fue seleccionado como el Jugador Más Destacado de la MCWS después de permitir una carrera y seis hits y ponchar a 17 en 16 entradas en dos aperturas en Omaha.

Anderson lanzó una blanqueada de tres hits en la victoria de LSU por 1-0 en el primer juego de la final, y Eyanson (12-2) estuvo bastante preciso en sus 6⅓ entradas. Las tres carreras en su contra llegaron con siete hits y una base por bolas. Ponchó a nueve.

"Recuerdo abrazar a mis padres ahora mismo con la gorra y la camisa elegantes puestas", dijo Eyanson, transferido de la UC San Diego. "Incluso durante mi visita de reclutamiento, viendo toda la historia en la pared, esto es lo que soñé literalmente: lanzar lanzamientos, ser titular en el último partido del campeonato nacional".

Schnall, en su primer año como entrenador en jefe después de reemplazar al retirado Gary Gilmore, no había sido expulsado esta temporada antes del domingo.

Walker Mitchell estaba en el bate con dos outs y Sebastian Alexander acababa de robar la segunda base cuando Schnall fue a los escalones superiores del dugout, le hizo un gesto con tres dedos al árbitro del plato, Angel Campos, y comenzó a gritarle.

La NCAA declaró que Schnall discutía sobre bolas y strikes, recibió una advertencia y fue expulsado al no retirarse inmediatamente. Schilling fue expulsado por los comentarios que hizo mientras la confrontación con los árbitros continuaba cerca del plato.

"Y por eso me siento un poco destrozado ahora mismo", dijo Schnall, "porque se va a hablar de la expulsión, no de este equipo. Y no está bien. El asiento de primera fila debería ser el equipo de béisbol de Coastal Carolina de 2025, no lo que pasó en la primera entrada".