La elección que enfrenta el Partido Laborista y que podría definir el gobierno de Starmer

La vuelta de la victoria de Reform UK llegó a Westminster el martes.

Sarah Pochin, la primera diputada de Reform UK , sonreía de oreja a oreja cuando apareció para una sesión fotográfica a las afueras del Parlamento, flanqueada por Nigel Farage y Lee Anderson, justo antes de prestar juramento.

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Los seis votos que la llevaron a la victoria en las elecciones parciales de Runcorn y Helsby fueron un presagio de lo que vendría el viernes por la mañana. No es exagerado decir que la política británica podría no volver a ser la misma.

En todo el país, el partido de Farage se está consolidando en el poder a nivel local. Antes de los resultados de las elecciones locales, el líder reformista le dijo a Beth Rigby que el mayor riesgo del partido era triunfar y no cumplir .

Le pregunté a Dame Andrea Jenkyns, cuando juró como nueva alcaldesa de Reform para Greater Lincolnshire, si estaba lista para asumir esa responsabilidad, y ella me dijo: "Voy a superar las expectativas".

Ella habla mucho sobre ahorrar dinero: ¿ha calculado cuánto?

"Es mi primer día en el trabajo, lo sabré en unas semanas cuando vea las cifras", dijo.

¿Cómo responderá el Partido Laborista?

Reform UK puede estar lidiando con cómo lograr resultados en el gobierno local, pero, por ahora, el éxito de la semana pasada los mantiene a flote. Demostraron que representan una amenaza real no solo para los conservadores, sino también para los laboristas, y no está claro si existe un consenso en el Partido Laborista sobre cómo responder.

"¡El Partido Laborista debe escuchar!" y "¡Apoya de nuevo a la clase trabajadora!" fueron algunos de los mensajes que los parlamentarios laboristas escribieron en los periódicos durante el fin de semana.

Los sindicatos también están interviniendo: el líder de la Federación General de Sindicatos me dice que los resultados representan una "ira profunda" que demuestra la necesidad de "poner fin a la austeridad".

Hay muchos consejos. La pregunta que el gobierno realmente debe plantearse ahora es si debe luchar contra Reform UK en su territorio —y ya hay indicios de ello con las sesiones informativas sobre inmigración del martes— o si debe intentar contar su propia historia.

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Los conservadores han aprendido a las duras penas el desafío que supone lo primero, mientras la asediada líder conservadora Kemi Badenoch sigue adelante, diciendo que está cambiando el partido "para que sea más duro con la inmigración".

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La decisión de contar una historia completamente diferente, en lugar de llevar la lucha al territorio preferido de los reformistas, es algo que el Partido Laborista debe resolver.

Es una elección que podría definir a este gobierno.