Adiós Federico, amigo de todos.

19 de julio de 2025

Con la radio encendida permanentemente (y a todo volumen), un paraguas bajo el brazo ya lloviera o hiciera sol...
Con la radio siempre encendida (y a todo volumen), un paraguas bajo el brazo, lloviera o hiciera sol, siempre estaba en movimiento. El «Forrest Gump» de Verucchio. No había nadie en el pueblo que no conociera a Federico Petruzzi , quien falleció ayer a los 89 años. Originario de Sant'Agata Feltria, fue acogido en la residencia de ancianos de Verucchio en 1972 y nunca se fue. El pueblo lo había «adoptado», y Federico se había convertido en una especie de mascota . «Durante más de 50 años, fue un pilar de la residencia. Hasta ayer, cuando decidió que era hora de ir a escuchar la radio a otro sitio», recuerda un emocionado Stefano Vitali, presidente de la autoridad sanitaria de Valloni-Marecchia, que gestiona el centro. «Echaremos de menos su razonamiento desorganizado y su sencillez cautivadora. Era imposible no querer a Federico», continuó Vitali. Mi agradecimiento a Barbara Biondi y a todos los trabajadores que lo acompañaron incluso en estos últimos días con increíble cariño. Querido Federico, lo único que lamento es no haberte traído nunca el reloj (de plástico) que tanto querías.
Durante sus paseos por el pueblo, Federico siempre sonreía y saludaba amablemente a todo el que se cruzaba con él. Luego, «se daba el lujo de ir al bar a tomar una naranjada y se iba de nuevo. Era hijo de Verucchio», lo recuerda con cariño la administración. «Ahora ha partido hacia el viaje eterno, y todos nosotros, todos los Verucchio, nos hemos despertado más pobres y tristes». El funeral se celebrará hoy a las 15:00, no en la Colegiata (donde la plaza ya está completamente decorada para los conciertos del Festival de Verucchio), sino en la iglesia de Ponte Verucchio. «Federico es una de esas figuras que todo verucchioño ha llevado en el corazón durante toda su vida», comenta su amigo Sergio. «Con él, una parte del pueblo se desvanece y una época llega a su fin».
MC
İl Resto Del Carlino