De lo que somos capaces: la auténtica novela italiana


Querido Sebastiano, devoré tu última novela, "De lo que somos capaces", publicada por La Nave di Teseo. Sin duda, para...
Querido Sebastiano, devoré tu última novela, " Di cosa siamo capace ", publicada por La Nave di Teseo . Sin duda, por la belleza de tu lenguaje, directo y culto, y sin duda por la historia que cuentas, que podríamos definir como "Historia con H mayúscula", dado que narras nuestro país desde finales de los años sesenta. Sin duda, me impactó el cambio de perspectiva al leerla. Al seguir las aventuras de las dos protagonistas, Adele y Nina, madre e hija, la primera veinteañera en 1968, la segunda a principios de los noventa, pensé inicialmente que querías hablar de la desilusión, de lo que pudo haber sido y no fue, de la normalización que reemplaza a la revolución, del oportunismo en lugar de los ideales. Yo, ya no nosotros. Pero un autor de tu calibre no se conforma con simplemente repetir hechos que ya sucedieron. Así que me dije: no estás hablando del ayer —sería demasiado obvio—, sino del mañana.
La cuestión es hacia dónde miramos. Si el presente nos asfixia, no es porque añoremos un pasado que se abrió a un abanico casi infinito de posibilidades; lo que anhelamos es el futuro. ¿Por qué renunciar a construirlo? Seguimos aquí, después de todo, aunque nos ahogue la tristeza, nos aplaste el arrepentimiento. Son sentimientos generalizados, como si nos hubiéramos resignado a no contar, a no marcar la diferencia. Quizás estemos un poco maltrechos, más que nuestros abuelos y padres en aquellos años cruciales, pero con necesidades similares. Hemos olvidado que somos capaces de grandes cosas. De hacer historia, de hecho.
El problema, pareces sugerir, es que a la hora de actuar, cedemos a la pereza. Tus personajes, impulsados por una furia sana y llenos de buenas intenciones, acaban dejándose llevar por los acontecimientos. Esto no es necesariamente un error; solo necesitas saber qué quieres realmente. Por otro lado, la función de un intelectual no es dar respuestas, sino plantear las preguntas adecuadas. Un papel que encarnas plenamente, y lo haces con esmero en el texto, la estructura, la trama, con sus idas y venidas a lo largo del tiempo, pero sin perder nunca de vista el diseño general, características típicas de las novelas destinadas a perdurar. Las referencias literarias, cinematográficas e históricas anecdóticas pertenecen a nuestra memoria colectiva; en cada línea, podemos encontrar un trocito de nosotros mismos. En la novela, nunca hay un lapsus, un atajo, una palabra banal o un chiste para evocar, como para recordarnos que merecemos lo mejor, y no solo como lectores. De vez en cuando, alguien susurra que a la literatura contemporánea le falta una "verdadera novela italiana". Me parece, Sebastiano, que lo escribiste tú.
Simona Baldelli
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Quotidiano Nazionale