Prisión, Antígona certifica el fracaso del gobierno de Meloni: menos delitos pero más presos en celdas, explotan las instituciones juveniles

Se trata de un informe para leer “sin respirar”, con una clara referencia a las palabras pronunciadas por el subsecretario de Justicia Andrea Delmastro, quien hace unos meses afirmó sentir una “íntima alegría” al “no dejar respirar a los presos” en los nuevos vehículos blindados de que dispone la policía penitenciaria.

Hablemos del último dossier elaborado por la asociación Antigone sobre el estado de las cárceles italianas y los reclusos recluidos en ellas. Una situación dramática desde hace años, entre el hacinamiento, el número cada vez mayor de investigaciones por palizas y violencias, pero sobre todo, los suicidios en las celdas.

Pero el problema más grave es que esta situación ya crítica sólo puede empeorar debido a los efectos nocivos del populismo penal del gobierno de Meloni, que durante casi tres años ha continuado con sus políticas represivas, véase el último "Decreto de Seguridad", inventando nuevos delitos y aumentando las penas.

Prisiones que explotan

Así, la tasa media efectiva de hacinamiento en las cárceles italianas se ha disparado hasta el 133 por ciento, según los números recogidos en el 21º informe anual de Antigone. “A 30 de abril de 2025”, indica el expediente, “había 62.445 personas detenidas en prisiones italianas. Considerando estas presencias, la capacidad reglamentaria es de 51.280 plazas, una cifra incluso ligeramente inferior a la de finales de 2024, por lo que la tasa oficial de hacinamiento sería del 121,8 %. Sin embargo, las plazas no disponibles por inutilización o reformas ascienden a al menos 4.500, por lo que la tasa media real de hacinamiento es de al menos el 133 %.

“De las 189 cárceles italianas”, informa Antigone, “solo 36 están actualmente sobrepobladas, mientras que las que tienen una tasa de sobrepoblación igual o superior al 150 % son ahora 58. A finales de marzo de 2023, había 39. El hacinamiento, que como siempre aparece primero en las cárceles del norte de Italia, se está extendiendo al resto del país”, continúa el informe.

Una explosión del sistema penitenciario italiano que, paradójicamente, se produce mientras los delitos disminuyen, un 2,4% respecto a 2019 y un 1,15% respecto al primer semestre de 2023. Celdas llenas de reclusos que en realidad podrían ya estar en libertad con penas alternativas: de 62.445 reclusos, a 8.000 les queda menos de un año de prisión, a otros 15.000 menos de tres años.

Los efectos del decreto Caivano en las instituciones juveniles

Una fotografía dramática que desde la llegada del gobierno Meloni ha tenido como protagonista también al mundo de las instituciones juveniles, que a raíz del decreto Caivano ha visto aumentar el número de reclusos muy jóvenes.

A 30 de abril de 2025, hay 611 jóvenes detenidos en las cárceles de menores italianas, incluidas 27 niñas. Un verdadero boom, teniendo en cuenta que a finales de 2022 las presencias eran "sólo" 381: ya al año siguiente el número ascendió a 587 reclusos, con un crecimiento del 54 por ciento en dos años.

Nueve de los 17 centros de detención de menores (IPM) sufren hacinamiento, “algo nunca registrado en las cárceles de menores antes del decreto Caivano de septiembre de 2023”, recuerda Antigone. “En Treviso, el número de personas presentes es casi el doble del número de plazas disponibles, la Beccaria de Milán y el IPM de Quartucciu en Cagliari tienen una tasa de hacinamiento del 150 por ciento, Florencia supera el 147 por ciento”, se lee en el dossier. Sin embargo, incluso en este caso, los informes de delitos no aumentaron, sino que disminuyeron un 4,15% en comparación con 2022.

Los suicidios

Por último, la emergencia, que ya no puede considerarse como tal dado su carácter crónico, de los suicidios en las celdas de las prisiones. En 2024, escribe Antígona, hubo al menos 91 casos de suicidios cometidos por reclusos en prisión.

En 2024 —afirma el informe—, un total de 246 personas perdieron la vida durante su detención. La emergencia de muertes en prisiones no da señales de detenerse. De hecho, continúa empeorando. 2024, por lo tanto, pasa a la historia como el año con más suicidios en prisión, superando incluso el récord establecido en 2022, cuando comenzó la emergencia. Y entre enero y mayo de 2025, se cometieron al menos 33 casos de suicidio en prisión.