El otro Andrea Camilleri, de San Calogero a IA

(por Elisabetta Stefanelli) ANDREA CAMILLERI (EN DIÁLOGO CON FRANCESCO DE FILIPPO), 'DE LOS PLANETAS Y LOS HOMBRES' (Castelvecchi, página 125, 16,00 €). ''Ahora bien, sucedió que salí a la luz con una semana de antes de lo previsto: el primer domingo de septiembre de 1925, Es decir, cuando comenzaba la fiesta de San Calogero. Es decir: Mientras San Calogero salía de la iglesia, yo salía de la "el vientre de mi madre". Nació así, el tercero de tres hijos que murieron en bandas, Andrea Camilleri de las cuales el próximo 1 de septiembre estará celebra su centenario. Para la ocasión, con méritos propios, Castelvecchi lleva la entrevista de nuevo a la librería, o mejor dicho, a la Chat amigable y sin filtros (ni siquiera esos lingüística) que Francesco De Filippo, periodista y escritor, Lo hice con el maestro en 2011. ''No han pasado ni 15 años todavía'' años -escribe De Filippo en la introducción- y releer esos páginas ha despertado en mí dos impulsos opuestos: por un lado Parece que estamos hablando de acontecimientos de un pasado ya olvidado, Por otro lado, a pesar de muchos de los nombres de los protagonistas citado, nada parece haber cambiado y cada experiencia humana - el clima cambio, conflictos brutales, precariedad económica, pandemia y una oscuro presagio de que algo definitivo está por suceder, por nombrar algunos más recientes, es como si fuera parte de un cliché, en el punto medio de una fase cíclica''. De hecho, habla Camilleri de Putin el dictador, pero también de la derecha que en Italia nunca tendrá ninguna posibilidad de victoria (se refería a Fini), de la inteligencia artificial de la que vio el lado bueno, del capitalismo exasperado y de la izquierda mundial desgastados por las generaciones en el poder, o incluso por Europa marcado por el pecado original de haber nacido bajo el signo de dinero y mucho, mucho más. En resumen, un Camilleri pensador, filósofo, incluso científico, que definitivamente va Más allá de la imagen estereotipada del éxito que lo ata al doble hilo conductor de la popularidad de su Montalbano, de la iconografía de la Sicilia, que supo plasmar en sus novelas. A Camilleri extraordinariamente culto y nada sabio en el sentido más profundo banal del término, ciudadano del mundo, especialmente dentro del tiempo, pero movido por un optimismo inagotable de la voluntad, de compromiso. Aun conscientes de que lo que somos vivir ''es un mundo frágil, un mundo muy frágil, puede colapsar fácilmente, terminar en cenizas, sin posibilidad de ''salvación, estamos todos juntos en esto". Pero hoy, maestro, ¿cuál es su legado? De finalmente pregunta: Filippo: ''Como no veo, todo me queda más claro: quisiera... Morir sabiendo que dejaré a mis hijos, nietos y bisnietos en Un mundo de paz. Tengo una gran esperanza en las generaciones más jóvenes. Camilleri responde. Y de nuevo, el entrevistador pregunta: ¿Muerte? ''No me asusta''. Y otra vez, Pero después... ¿qué hay? ''No hay Nada -responde- y nada quedará de mí, seré olvidado, ''Cuántos grandes escritores han sido olvidados''.
ansa