Bari, una bendición y una maldición. De Trizio: De Laurentiis debería reconectarse con una ciudad que quiere ganar.

BARI - En un momento crucial para el futuro del Bari, en medio de la incertidumbre corporativa y las expectativas de resurgimiento, la voz de alguien que vistió la camiseta rojiblanca con orgullo y sacrificio puede ofrecer una valiosa perspectiva. Giorgio De Trizio, exdefensa e ícono de la década de 1980, regresa para hablar de su amado equipo, abordando los temas más candentes del verano rojiblanco. Desde el aún incipiente mercado de fichajes hasta la construcción de la plantilla encargada a Fabio Caserta, incluyendo las ambiciones del club para la próxima temporada de la Serie B.
Sin embargo, en segundo plano, persisten asuntos sin resolver. El problema del tiempo compartido, que expirará en 2028, el creciente descontento entre la afición que amenaza con abandonar el San Nicola y la retirada de patrocinadores históricos como MvLine y Casillo, compensada en parte por la llegada del nuevo patrocinador principal, la casa de apuestas Betsson. Una conversación extensa con quienes conocen bien el Bari, tanto dentro como fuera del campo.
Sr. De Trizio, comencemos con la actualidad. ¿Qué impresión le causó la decisión de nombrar a Fabio Caserta como entrenador del Bari?
Todas las decisiones me dejan indiferente. Todos los entrenadores son buenos, pero al llegar a Bari, pierden la ilusión porque alguien podría acabar con ellos. En los últimos años, ha habido entrenadores con carácter, como Iachini, que decayeron por completo una vez en el club rojiblanco. Lo mismo ocurre con Longo. Empezó bien, pero luego fue decayendo con el paso de los meses. Un entrenador siempre tiene responsabilidades. La elección del entrenador resulta acertada cuando va acompañada de objetivos que alcanzar y de las personas adecuadas entre bastidores. Es decir, un presidente y un director deportivo con las cualidades adecuadas. Por lo demás, mientras las cosas vayan bien, el entusiasmo se mantiene, para luego desvanecerse con el tiempo. En esencia, eso fue lo que ocurrió el año pasado. Longo tenía un equipo decente, pero era improbable que hubieran llegado a la final, incluso jugando los playoffs. Y el entrenador lo entendió. Entrenador y jugadores deben sentirse parte del proyecto. Cualquiera que llegue cedido es reacio.
El mercado de fichajes acaba de empezar, pero la afición espera señales contundentes. ¿Qué tipo de equipo crees que se formará?
El equipo estará prácticamente completo. Pero, por ahora, no veo grandes ambiciones. Armaremos una plantilla que pueda sobrevivir fácilmente y, en el mejor de los casos, aspirar a los playoffs. Rejuvenecer está bien, pero necesitamos jugadores de segunda categoría con al menos un par de torneos de la Serie B en su haber. No podemos improvisar. Ni correr riesgos.
Después de una temporada decepcionante, ¿cuáles cree que son las verdaderas ambiciones del Bari para el próximo campeonato de la Serie B?
Si el Bari ascendiera inmediatamente a la Serie A, la familia De Laurentiis estaría contenta, ya que podría recuperar los márgenes de beneficio. Sin embargo, no creo que quieran hacer ningún esfuerzo económico para lograr este objetivo directamente.
En su opinión, ¿cuánto impacta el tema de la multipropiedad en el futuro del club, considerando la fecha límite de 2028?
El acuerdo de multipropiedad pesa sobre la ciudad y su afición, porque el equipo representa la imagen de la ciudad. Pero también pesa sobre los propietarios, porque si las cosas salen mal, por ejemplo, el descenso a la Serie C, sería doloroso. Filmauro tiene un problema candente y no sabe cómo salir de él. Necesitan encontrar un comprador rápidamente.
La afición parece cada vez más distante del club y amenaza con abandonar San Nicola. ¿Qué tan grave es esta señal?
Hoy en día, ir al estadio es una costumbre. La distancia entre las multitudes es una señal clara. Entre ingresos y patrocinios, para bien o para mal, la gestión del club puede mantenerse. Un legado que corre el riesgo de perderse.
Después de haber experimentado el calor de la afición de Bari, ¿qué mensaje le gustaría enviar a los aficionados en este momento?
La situación actual es delicada. Debería haberse previsto en 2018. Por ello, confiar el club a Filmauro está resultando un fracaso. El resultado es el descontento de la gente con la camiseta. Solo necesitamos un poco de paciencia, con la esperanza de encontrarnos, quizás con suerte, en la división superior.
La pérdida de patrocinadores de toda la vida como MvLine y Casillo es otra señal de alarma. ¿Cómo interpretas estos cambios radicales?
Los patrocinadores han estado esperando a ver cómo evoluciona el proyecto. Hablamos de empresas de éxito. Vincular tu marca a un equipo sin ambición es contraproducente. Los responsables de comunicación están muy atentos a estos detalles. Lo cierto es que importantes actores locales se están haciendo a un lado.
¿Puede la llegada de Betsson verse como una señal de recuperación o es sólo un parche en un agujero más grande?
Un patrocinador que depende de las apuestas no es ideal para un club que aún se recupera de un historial de irregularidades. Lamentablemente, ya no existen figuras éticas en el mundo del fútbol hoy en día.
¿Qué cree que sería necesario para reconstruir una identidad fuerte y reconocible para el Bari, tanto dentro como fuera de la cancha?
Solo un gesto de cariño puede cambiar la situación actual. Luigi De Laurentiis debería tener una relación más directa con la gente y la ciudad. Ir a tomar una cerveza al centro histórico, escuchar las opiniones y sentimientos de la afición. También debería exponer sus dificultades. Necesita claridad en sus objetivos. La gente solo espera a ver si a los dueños les importa Bari o si solo lo gestionan por otros motivos comerciales. Falta química.
Como exfutbolista y deportista, ¿qué papel podría tener hoy una figura como él en el diálogo entre la sociedad y la ciudad?
Si fuera necesario, estas figuras podrían estar involucradas. En realidad, Bari necesita gente que ame a Bari. Puede que no ganes, pero la devoción por los colores siempre vale la pena.
La Gazzetta del Mezzogiorno