Di Bello, oriundo de Brindisi, es el único italiano entre los árbitros del Mundial de Clubes.

Hay un detalle de Brindisi que aterriza en Estados Unidos: Marco Di Bello, el "silbato" de Brindisi, con 176 partidos en la Serie A (donde debutó en 2012), internacional desde 2018, es de hecho el único árbitro italiano, de un total de 117 seleccionados, para representar a Italia en el Mundial de Clubes de la FIFA, que se celebra actualmente en Estados Unidos. Una investidura prestigiosa que lo convierte en protagonista no en el centro del campo con el silbato en la boca, sino tras los monitores de la sala de videoarbitraje (VAR), como árbitro de partido. Un papel clave, silencioso pero decisivo, que lo proyecta a la élite arbitral internacional.
Marco Di Bello, nacido en 1981, es hijo de esta tierra, arraigado en Brindisi, ciudad que nunca ha abandonado y a la que está unido por un cordón umbilical hecho de afecto, de recuerdos y de mucho compromiso con los demás.
Su trayectoria arbitral está en constante crecimiento: desde el año 2000 hasta la actualidad, ha pasado de los polvorientos campos de las categorías amateur de Apulia a la Serie A, donde ha acumulado 176 apariciones, convirtiéndose en un rostro reconocido y respetado. Pero el verdadero salto de calidad, el que lo llevó a la órbita de la FIFA y la UEFA, fue la llegada de la tecnología. Di Bello fue uno de los primeros en Italia en creer y adoptar el VAR, convirtiéndose en un pionero y un referente en su aplicación. Una intuición ganadora que hoy lo ve como protagonista en un papel de capital importancia.
No es casualidad que la FIFA se haya fijado en él. El currículum internacional de Di Bello habla por sí solo: ya fue seleccionado como VAR para el Mundial Sub-17 de Brasil 2019, con designación para la final, la Eurocopa 2020 (disputada en 2021 debido a la COVID-19), la Conmebol para la Copa América 2024, siempre como "vídeoarbitraje", hasta la final de la Conference League del pasado 28 de mayo entre el Real Betis y el Chelsea.
Experiencia, competencia y un profundo conocimiento de las herramientas tecnológicas son sus bazas ganadoras. Ser el único italiano en un grupo tan numeroso de profesionales de alto nivel, compuesto por 117 árbitros de todo el mundo, subraya la excepcionalidad de su trayectoria y la confianza depositada en él por organismos internacionales. En un fútbol cada vez más acelerado y que no puede prescindir de la ayuda de la tecnología para garantizar la máxima justicia deportiva, figuras como Di Bello se vuelven fundamentales.
Pero el compromiso de Di Bello no se limita a los campos de fútbol ni a las salas de videoarbitraje (VAR). Su vínculo con Brindisi también se traduce en un profundo y constante compromiso con los problemas sociales. Di Bello no solo es un árbitro exitoso, sino también un hombre que devuelve a su comunidad lo que ha recibido. Ha participado en numerosas iniciativas benéficas y encuentros con jóvenes, donde aporta su vida y experiencia deportiva para transmitir valores como la honestidad, la lealtad y la importancia del sacrificio para alcanzar las metas. Es un ejemplo concreto para muchos jóvenes de Brindisi, que lo ven como un modelo a seguir, capaz de combinar una carrera brillante con una genuina atención a los demás. Ya sea en una noche de gala para recaudar fondos o en una tarde dedicada a contar anécdotas arbitrales a futuros árbitros, Marco nunca se contiene, demostrando una generosidad de espíritu que va mucho más allá del rectángulo verde.
Desde su Brindisi, Marco observará el mundo del fútbol decisivo, sentado frente a pantallas que podrían decidir el resultado de partidos cruciales. Una enorme responsabilidad que Di Bello afronta con la misma determinación y profesionalidad que lo han distinguido desde sus inicios. Y mientras el balón rueda en las canchas estadounidenses, aquí, en su ciudad natal, muchos lo aclamarán, al hombre que ha logrado enaltecer el nombre de Brindisi, en el silencioso pero crucial papel de "guardián de la verdad" del fútbol, sin olvidar jamás sus raíces y su profundo sentido de pertenencia. Un ejemplo más de cómo el talento y la dedicación, combinados con un gran corazón, pueden abrir las puertas del mundo, incluso desde el sur profundo: Brindisi.
La Gazzetta del Mezzogiorno