El Inter por la historia, gran premio para los jugadores: 10 millones por la Champions League

En las empresas se llaman bonos de rendimiento y al final hacen feliz a todos: a la empresa, porque significa que se ha conseguido el resultado que le importaba. Y los empleados, que también ven reconocido económicamente su compromiso y el éxito de la iniciativa. Y por supuesto, en el caso del Inter y de sus jugadores, la gloria eterna sería suficiente para alegrar a todos, de cara a una victoria en Mónaco el 31 de mayo. La gloria no tiene fronteras, basta pensar como aún hoy hablamos y contamos historias del Gran Inter y del Triplete de Mourinho. Pero cerca de esto, cerca de la gloria, los dirigentes han optado por añadir otras diez razones. Diez millones de euros: esa es la cantidad del premio para el equipo nerazzurri en caso de triunfo ante el PSG. La bonificación por rendimiento mencionada anteriormente, precisamente.
Diez millones cuyos contornos conviene definir. En primer lugar, filosófico: ciertamente no debe entenderse como un elemento de motivación, porque no hay nada que añadir en ese ámbito mientras se espera el final. Más bien, Inzaghi y todos los directivos tendrán que saber trabajar "a la inversa" desde ahora hasta el final, encontrando el modo de gestionar la espera y la presión. Los contornos del premio son los de la gratificación, lo cual es una historia muy distinta y simboliza la cercanía de la propiedad, más aún ante un momento y un gol histórico. Y luego conviene entrar en detalles: los 10 millones son la suma de lo que ya estaba establecido en los contratos individuales de los jugadores al inicio de la temporada - los famosos bonus insertados en el momento de la firma - con lo que el club ha decidido en cambio añadir como reconocimiento ulterior. Si dividimos por los jugadores de la plantilla, estamos hablando de alrededor de 400 mil euros (brutos) por cabeza, no es exactamente una cifra baladí: para ser claros, incluso para clasificarse para la final estaba previsto un premio, que ascendía a alrededor de 3 millones. Aquí ya superamos con creces el triple.
Después de todo, es una cita con la historia. Y desde ahora y hasta el 31 de mayo, todo el mundo del Inter no hará más que trabajar en esa dirección, desde los jugadores hasta el último empleado. Lo que se ve es el equipo. Y sí, Inzaghi ha estado trabajando en dos direcciones con sus jugadores en estas horas. Tampoco es muy sencillo. Lo primero fue intentar contener de algún modo el entusiasmo para seguir concentrados en el campeonato: claro que pocos en Appiano y alrededores tienen grandes ilusiones, pero el concepto que transmitió el técnico es que sería un arrepentimiento demasiado grande no aprovechar cualquier regalo inesperado que pueda llegar. El otro paso es en cambio preparatorio para la final: es una apelación que concierne al aspecto mental, porque desconectar completamente no sería correcto, más bien sería arriesgado, porque entonces no es automático resintonizar en las frecuencias correctas.
Pero en ese sentido el técnico se muestra optimista, apenas ha tenido respuestas negativas por parte de sus jugadores en cuatro años de gestión. Lo cierto es que los cuartos de final ante el Bayern y la semifinal ante el Barcelona llenaron de confianza a todo el mundo Inter. El planteamiento de esta final es completamente diferente al de hace dos años. Y la respuesta está en el grupo de trabajo que ha demostrado merecer estas alturas. Luis Enrique dice que el PSG merece ganar esta Champions, pero desde Appiano hasta Viale della Liberazione todos creen tener al menos los mismos argumentos que el técnico español. La respuesta final en 21 días. Con transferencias totales de 10 millones, Oaktree estaría feliz de comenzar.
La Gazzetta dello Sport