Fuga de cerebros: Es una emergencia en Titán

En los últimos seis años, alrededor de 300 jóvenes de San Marino han emigrado. Una fuga de cerebros de San Marino preocupa a la Confederación Sanmarinense del Trabajo . Quien ha leído atentamente los datos facilitados por la Oficina de Estadística. El panorama es desolador —afirma el sindicato—. En comparación con el total de emigrantes de los últimos seis años, el 38 % tiene entre 21 y 40 años, es decir, 420 personas. De ellas, unas 300 son sanmarinenses, de las cuales 110 son licenciadas. Se trata de un verdadero éxodo de profesionales cualificados.
Por otro lado, «había unos 870 inmigrantes de la misma edad, de los cuales solo 174 eran ciudadanos de San Marino. Una buena parte de quienes emigran no regresan a su país; sin embargo, es necesario analizar un período más largo para extraer conclusiones definitivas. Faltan datos sobre la formación académica de los inmigrantes, quizás porque no se solicitan, lo que impide un análisis comparativo completo».
Las razones de este fenómeno deberían evaluarse mediante una investigación específica, realizada profesionalmente por quienes se dedican a este trabajo. Sin embargo, podemos afirmar que un país que, además de tener escasez de recién nacidos, deja escapar a las jóvenes generaciones, no tiene futuro. Es evidente que si los jóvenes no tienen claro que su futuro está en su país, desde luego no piensan en tener hijos. Si a esto le sumamos que los gobiernos, en lugar de pensar en retenerlos o hacerlos regresar, se preocupan por atraer a jubilados, e incluso a algunos artistas y deportistas que no vivirán mucho tiempo en San Marino, la guinda del pastel del desinterés ha sido perfecta.
La unión, por tanto, toca varias cuestiones que han provocado más de una tormenta en el Titán en los últimos meses. Recientemente, también escuchamos en el Consejo que las 256 viviendas atípicas liberadas en tan solo tres años solo habrían afectado parcialmente la especulación inmobiliaria que provocó un aumento exponencial de los alquileres. Discrepamos en absoluto de estas afirmaciones. Según los datos proporcionados en respuesta a una pregunta de hace un par de años, las viviendas desocupadas destinadas a vivienda civil podrían rondar las mil. Si el estudio previsto en la reciente reforma de las intervenciones para la emergencia habitacional confirmara estos datos, los efectos de esta decisión imprudente habrían sido muy significativos, no solo por la especulación generada, sino también por el impacto en el número total de viviendas realmente disponibles.
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