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Ischia Calcio entre crisis, deudas y futuro. Ayer fue el día de la verdad con los comunicados de prensa de Carlino y Taglialatela

Ischia Calcio entre crisis, deudas y futuro. Ayer fue el día de la verdad con los comunicados de prensa de Carlino y Taglialatela

Las incertidumbres societarias del Ischia Calcio, que marcaron -entre muchos problemas- la última temporada deportiva, en la que el equipo amarillo y azul consiguió la permanencia en la Serie D disputando un campeonato en el complejo y competitivo grupo H, han llegado a su fin y se han manifestado de manera evidente e inequívoca.

LA DESPEDIDA DE CARLINO. Lello Carlino, presidente de facto del club dirigido formalmente por Pino Taglialatela, lo anunció con palabras claras y contundentes: «Repentinos problemas familiares —declaró— me han obligado, contra mi voluntad, a interrumpir mi relación con el Ischia Calcio. Ya le he explicado la situación al presidente Taglialatela, a quien le he garantizado que se respetarán todos los compromisos adquiridos con el club amarillo y azul esta temporada. También para la próxima temporada, el Ischia Calcio podrá contar con mi apoyo como patrocinador. Con la esperanza de que esta separación sea solo temporal, agradezco sinceramente a la directiva, al personal, a los jugadores y a la afición el cariño que siempre me han demostrado. Ischia y el Ischia Calcio permanecerán en mi corazón para siempre».

Palabras claras, que llegan después de meses de postergaciones, evaluaciones y esperas, durante los cuales, hoy, caen todas las máscaras.

LLAMAMIENTO DE TAGLIALATELA. Las declaraciones de Carlino fueron respaldadas por las del presidente Pino Taglialatela: «El SSD Ischia Calcio toma nota de la declaración de Raffaele Carlino, a quien agradecemos su labor hasta el momento. Con la esperanza de que los problemas familiares que mencionó se resuelvan y que la separación sea realmente temporal —continúa la nota—, subrayo la necesidad del apoyo no solo de la afición, sino sobre todo de las fuerzas económicas y empresariales de la isla. La contribución garantizada hasta ahora por unos pocos, aunque apasionados, amigos no es suficiente. Taglialatela, tras una conversación con representantes de la afición organizada, declaró que en los próximos días tomará medidas, como de costumbre, para involucrar a patrocinadores y aficionados de cara a la temporada deportiva 2025/26».

LA HISTORIA RECIENTE DEL FRACASO DE ISCHIA. La última vez que informamos sobre la situación de la empresa fue en marzo, cuando el propio Carlino nos dijo: «Quiero reiterar que soy el garante económico de la empresa. En cuanto al terreno de juego, los resultados dependen de Taglialatela, el entrenador y el director deportivo. Tengo otro trabajo, me ocupo de las acciones; por lo tanto, confío en personas competentes para que hagan su trabajo de la mejor manera posible». Y de nuevo: «Ha habido muchos momentos difíciles, pero quiero destacar que la empresa trabaja de cara al futuro. Los compromisos se cumplirán hasta el final del campeonato: debemos salvarnos y luego construir un proyecto más ambicioso para que Ischia vuelva a los niveles alcanzados en 2014».

Desde entonces, evitando perseguir noticias infundadas como aquellas sobre supuestas transferencias de acciones, hemos optado por mantener un perfil bajo. Hasta hoy, cuando los rumores locales -a menudo imbuidos de la habitual ignorancia que sacude el mundo amarillo-azul- se vieron confirmados por el comunicado oficial de Lello Carlino. Dando por sentados los "repentinos problemas familiares" - conocidos por el escritor desde hace más de un mes - el momento que atraviesa la tropa amarillo-azul entra en una fase delicada, no tanto por el pasado como por el inicio perdido hacia el próximo campeonato.

Según la información en poder de Il Dispari, el Ischia Calcio ya ha pagado nueve salarios mensuales a los jugadores por la temporada recién terminada y los últimos pagos se realizarán también la próxima semana. Sin embargo, aún quedan siete advertencias por atender por créditos que datan de la temporada anterior, además de otros cargos residuales (en proporción al coste total de una temporada) que deben pagarse como contribuciones. Para cerrar este “juego” se necesitarán poco más de 40 mil euros. El verdadero problema, sin embargo, es encontrar los recursos para afrontar el próximo campeonato, que –hay que dejar claro– requerirá de casi un millón de euros.

No merecen atención quienes hablan de cifras inferiores o prometen milagros con pocos céntimos, como tampoco quienes, sin ninguna lógica, afirman que los futbolistas del Ischia deberían ganar menos que los del Nápoles. Es cierto que se ahorra en logística y hospitalidad, pero basta con la idea de que los jugadores residentes en la isla tienen menos valor. Lo que cuenta es el mercado y la calidad individual, no las banalidades del bar sobre "camisa" y "escudo". Para Pino Taglialatela se abre una fase compleja, no sólo por las cuestiones económicas sino también por las reglas que rigen ciertas transiciones corporativas. Sin la transformación de la empresa y la entrada de nuevos socios, la única fuente de financiación siguen siendo los patrocinadores. Y esto representa el primer gran obstáculo.

EL OBSTÁCULO Aunque quisiera, Carlino no podría repetir la intervención de este año en el segundo semestre de 2025, ya que las reglas presupuestarias y de caja imponen límites insuperables. Esto se aplica tanto a él como a otros patrocinadores importantes, cuyo regreso eventual solo será posible a partir del año fiscal 2026. Pero de aquí a enero aún quedan muchos meses por afrontar. La situación habría sido diferente si se hubiera materializado la transmisión de acciones: en ese caso, la ampliación de capital y la gestión de los fondos habrían seguido otra regulación.

UNA TEMPORADA QUE EMPEZÓ MAL, TERMINÓ PEOR La que acaba de terminar fue una temporada convulsa para el club isleño, que sin embargo supo enderezar el rumbo durante el campeonato y llevar el barco a puerto, cuando aún quedaban dos jornadas por disputar. La primera mitad de la temporada se caracterizó por las dificultades ambientales, con el Ischia obligado a jugar toda la primera parte del torneo lejos de Mazzella (cedido “a medias” recién en enero) y constantemente fuera. Una situación complicada, agravada por una gestión confusa vivida durante el mercado de fichajes y en la definición del proyecto técnico, luego revisada sobre la marcha con cambios tanto técnicos como directivos, además de una mini revolución de la plantilla. Un campeonato vivido con la respiración contenida hasta los últimos instantes y una clasificación que ha sido testigo de los errores cometidos desde julio. Decisiones que han tenido un claro impacto también en las arcas de la empresa.

Las compras –validas, hay que decirlo, por Carlino–, que serán respetadas según declaró el propio propietario, han tenido un profundo impacto en la gestión económica de la temporada. El pago de las últimas cuotas -dado por descontado y además garantizado por la Justicia Deportiva- no tendrá repercusiones en el próximo año, pero queda la pregunta espontánea: ¿qué Ischia podemos esperar y cuáles serán las ambiciones? Como ya se ha dicho, 40 mil euros serán suficientes para saldar las deudas, pero la verdadera cuestión está en el futuro. ¿Tendrá el club la solidez financiera para construir un equipo competitivo, capaz de competir con los mejores equipos de la liga?

En comparación con su primera aparición en la Serie D con Buonocore, los Gialloblù han tenido que reducir sus sueños y perspectivas. Tras haber llegado hace un año a los playoffs, en una competición ciertamente menos exigente que la recién concluida, el Ischia tuvo que luchar para mantenerse en la clasificación. Cruzada la meta y cerrado el recorrido, la atención en la isla ya se ha desplazado hacia el nuevo campeonato: ¿qué consideraciones hay que tener para la próxima temporada? ¿Habrá la fuerza suficiente para construir un equipo capaz de luchar por el lado izquierdo de la tabla o avanzaremos hacia la elección de un grupo que tenga la seguridad como objetivo principal?

Preguntas legítimas, que requerirán una respuesta clara y directa. La cuestión de los balances, de los salarios y, más en general, de la gestión económica representa un aspecto primordial y esencial en la gestión de un club de fútbol, ​​más aún en una época histórica en la que la sostenibilidad financiera se ha convertido en una línea divisoria entre la continuidad y el fracaso. En los últimos años, de hecho, el panorama del fútbol italiano se ha visto sacudido por profundas crisis que han afectado a clubes de renombre, incapaces de conjugar ambiciones deportivas y solidez gerencial. La señal de alarma proviene de algunas realidades históricas del Sur, protagonistas en el pasado de campeonatos profesionales, que hoy se encuentran teniendo que lidiar con dificultades estructurales y contables que ponen en riesgo su existencia. Algunos de ellos, irónicamente, podrían incluso encontrarse en el mismo grupo que Ischia el año que viene, lo que confirma cómo la línea entre el sueño y el colapso, entre la planificación y la improvisación, es ahora muy fina.

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Il Dispari

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