La victoria del Chelsea en el Mundial de Clubes es la redención de Enzo Maresca


Enzo Maresca (foto AP, vía LaPresse)
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El equipo londinense se estaba convirtiendo en una especie de licuadora del Manchester United, entonces llegó el técnico italiano para arreglar las cosas, confirmando la importancia de los entrenadores y su impacto.
En una decisión que no pudo haber sido más italiana, tras 17 puntos en las primeras 14 jornadas, el Parma decidió abandonar el "proyecto Maresca" a finales de noviembre de 2021. Fue el año de su intento de recuperarse rápidamente tras el descenso a la Serie B, el año del gran regreso de Gianluigi Buffon a la portería y la necesidad de capitalizar las enormes inversiones del propietario Krause. No había tiempo que perder: Maresca se había marchado, y entró Beppe Iachini, el hombre infalible, el hombre ideal para llevar al Ducali de vuelta a la máxima categoría, al menos en teoría. ¿El resultado? Un duodécimo puesto al final de la temporada, y todo volvía a empezar desde cero.
Tras menos de cuatro años, Enzo Maresca, uno de los entrenadores más prometedores y respetados de Europa, se encuentra en la cima del fútbol con el Chelsea , gracias a una trayectoria que le ha permitido mantener su rumbo. Empezó como asistente, primero en el Ascoli y luego en su querido Sevilla, donde Vincenzo Montella lo convocó por su profundo conocimiento del ambiente andaluz, y después en el West Ham, junto a Manuel Pellegrini, quien lo había entrenado en el Málaga y le auguraba un futuro como gran entrenador. Después llegó la primera llamada de Pep Guardiola para entrenar al "Equipo de Desarrollo de Élite" del Manchester City, un breve viaje al Parma, su regreso al primer equipo de los Citizens en 2022 y el explosivo ascenso que lo llevó al Chelsea , tras una temporada de ensueño con el Leicester en la Championship .
Se podría decir que para Maresca, gracias a los millones del club londinense, todo fue demasiado fácil. Pero la realidad es que el Chelsea venía de un par de experiencias angustiosas, agravadas por las inversiones de Boehly que no dieron frutos: duodécimo puesto en 2023, en la temporada de cuatro entrenadores (Tuchel, Potter, el interregno de Bruno Saltor y Lampard); sexto puesto en 2024, con Mauricio Pochettino solo capaz de remontar en los últimos minutos con una racha de seis victorias y tres empates en los últimos nueve partidos, suficiente para aferrarse a un puesto en la Conference League. Y la propia Conference ayudó a Maresca a racionalizar significativamente una plantilla extensa e indefinida, que con los años se había convertido en blanco de burlas y mofas. El Chelsea continuó apilando jugadores uno sobre otro sin ninguna lógica aparente, volviéndose prácticamente inentrenable.
El técnico italiano limpió y dividió su plantilla, procediendo por dos caminos paralelos: el equipo de la liga y el equipo de la Conference League . Aprovechando el calibre de la competición internacional, dio rienda suelta a aquellos que no pudieron encontrar un lugar en el circo de la Premier League, llegando a la final y derrotando al Real Betis. Y en el Mundial de Clubes, aprovechó un camino nada arduo para llegar una vez más al acto final del torneo, dando una lección táctica a aquellos, como Luis Enrique, que habían eliminado a las potencias de la Premier League uno tras otro en la Champions League. El Chelsea se estaba convirtiendo en una especie de licuadora para el Manchester United, y entonces llegó Maresca, confirmando la importancia de los entrenadores y su impacto: no hay un solo camino hacia la victoria, pero el mango debe ser firme.
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