Dossier de la FdI: «Los jueces politizados no nos detendrán». Meloni prepara el referéndum sobre las carreras profesionales.


La historia de fondo
Información dura de Via della Scrofa sobre el caso de Massimario, del Tribunal Supremo. Así es como el Primer Ministro utiliza al partido para mantener el conflicto en la mira ante la votación decisiva sobre la reforma de Nordio.
Lo que los ministros no deberían decir, lo dice, o mejor dicho, escribe, el informe de Fratelli d'Italia sobre la controversia que se ha desatado durante días tras las embestidas de la oficina de Massimario en la Casación. El centro de estudios del Senado del partido de Meloni, un laboratorio y centro de estudios dirigido por el subsecretario Giovanbattista Fazzolari, se muestra firme. El documento —"para estudio interno, no apto para distribución"—, con una serie de críticas específicas que van más allá del fondo, parece abrir la campaña del referéndum de septiembre de 2026, cuando los italianos deberán confirmar la reforma del ministro Carlo Nordio sobre la separación de las carreras de los magistrados. La primera ministra está convencida de que ganará este desafío. En su opinión, también servirá como una larga antesala a las políticas del año siguiente, las de 2027. La oficina de Massimario para el Palazzo Chigi es un centro de estudios. Según el expediente de Fratelli d'Italia, consultado por Il Foglio, no tiene ninguna función jurisdiccional. O mejor dicho: «Afirmar que el contenido de cualquier informe de la oficina de Massimario constituye un pronunciamiento de la Casación, es decir, una sentencia de la misma, es radicalmente erróneo». Como es sabido, en los últimos días la oficina en cuestión ha criticado duramente dos medidas gubernamentales, defendidas acérrimamente por el ejecutivo y combatidas por la oposición: el decreto de Seguridad y las iniciativas sobre el centro de migrantes en Albania. Ambas han alimentado el discurso del gobierno durante meses. En este caso, las críticas no sentaron bien al partido de Meloni. Este, como también informó este periódico, habría preferido, por lógica política, que los partidos mayoritarios se expusieran, pero no los ministros, para evitar romper el equilibrio con el Quirinal. Por lo tanto, «los informes de Massimario son informes técnicos que pueden perfectamente descartarse en el juicio según la interpretación que cada juez pueda dar al caso que se le ha llamado a decidir». Según el documento, que también contiene una extensa reseña de prensa, «los informes, de hecho, delatan un enfoque ideológico que poco tiene que ver con las consideraciones técnicas y jurídicas delegadas a la oficina de Massimario».
Se añade, en la biblia dirigida a los parlamentarios del FdI, lista para ser leída y repetida en las noticias y los programas de entrevistas, que «incluso la divulgación de los informes en cuestión genera perplejidad; uno se pregunta legítimamente por qué solo hoy, y solo en temas tan polarizantes, se ha dado amplia difusión a contenidos que siempre han sido prerrogativa exclusiva de los expertos». En este caso, la respuesta es simple: porque todos los informes, una vez elaborados por la oficina que ha acabado en el punto de mira, se publican en el sitio web del Tribunal de Casación. Pero quizás estos sean detalles. Leemos más adelante en la información: «Como es sabido, la Constitución reserva a los magistrados la función jurisdiccional, es decir, la de decidir casos y juicios, y establece que están sujetos únicamente a la ley. En cualquier caso, se reitera que con los informes mencionados no nos encontramos ante un pronunciamiento del Tribunal Supremo, ni mucho menos ante una sentencia del Tribunal Constitucional, el último órgano jurisdiccional insustituible llamado a decidir sobre la constitucionalidad o no de una norma». Al final del expediente, se percibe una batalla que se intensifica a la espera del último sí de los italianos en la designación del referéndum: «El trabajo que este gobierno está realizando en beneficio de los italianos no se detendrá frente a los cargos de jueces individuales, evidentemente animados por intenciones políticas». Todo esto ocurre mientras la reforma de Nordio se debate en el Senado por segunda vez, tras la obtenida en la Cámara. En la mente del primer ministro, la separación de carreras deberá aprobarse en segunda lectura con gran rapidez. A diferencia del cargo de primer ministro, cuyo referéndum se aprobará, salvo sorpresas, en la próxima legislatura. Por eso, el pronunciamiento de Massimario debe ser aprovechado por Fratelli d'Italia para advertir a todos sobre la politización de «ciertos magistrados». Argumentos que resultarán útiles cuando los italianos acudan a las urnas. Y Meloni no puede equivocarse: sí o no, dentro o fuera.
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