El 10 de julio, Sánchez está en Roma. Schlein quiere verlo, pero dados los precedentes, se necesita un amuleto.

Siempre que puede, Elly queda con Pedro. Pero siempre que Schlein apoya a Sánchez, algo le pasa a Pedro, pobre Pedro . En Roma ahora mismo, por ejemplo, hay una gran expectación por la llegada del presidente del Gobierno español, invitado a la Conferencia sobre la reconstrucción de Ucrania el 10 de julio. Pero la expectación más intensa no está en el Palazzo Chigi, sino en el Nazareno. El equipo de Elly Schlein está como loco por organizar una reunión. Y, por supuesto, un selfi. Porque Schlein adora a Sánchez. Políticamente, estéticamente, espiritualmente . Es su faro progresista, su ídolo ibérico, su Zapatero con la camisa desabotonada. Siempre que puede, Schlein queda con él. En Bruselas, en Estrasburgo, en Madrid. Y se hace una foto. El problema es que siempre que Elly apoya a Pedro y se hace una foto con Pedro, algo le pasa a Pedro (pobre Pedro). Y nunca es algo bueno. Durante casi dos años, es decir, desde que ella, en resumen, Elly, lo eligió como modelo, Pedro ni siquiera ha logrado aprobar la ley de presupuestos en el Parlamento. Son coincidencias. Está claro. La primera vez, en 2023, fue casi una bendición. Schlein dio su respaldo. ¿El resultado? Unas elecciones locales desastrosas. Sánchez tuvo que dimitir en julio . Luego, gracias a una conjunción astral milagrosa y a unos seis votos de los golpistas catalanes, Sánchez volvió al poder. Pero poco después, Elly lo celebró de nuevo. En mayo de 2024, Schlein se regocijó por la victoria socialista en Cataluña. Pasaron dos días y los independentistas catalanes comenzaron a amenazar la estabilidad del gobierno , que se encontraba entre Puigdemont y el abismo. Luego, en marzo de 2025, Elly se alineó con Sánchez contra el rearme europeo —una postura de gran alcance pacifista— y el PSOE se desplomó al 20% en las encuestas . Pero no había terminado. En abril , el secretario del Partido Demócrata habla del "modelo energético español" como ejemplo para toda Europa. ¿Y qué hace España? Se apaga . Se apaga. Literalmente. Medio día sin luz. Ni siquiera tiempo para decir paz y progreso en el Nazareno, y Pedro (pobre Pedro) se ve envuelto en escándalos, investigaciones judiciales, acusaciones contra su esposa, su hermano e incluso su segundo. Todo a un paso de la cárcel. Ahora nadie se atreve a hablar de mala suerte. Pero si estuviéramos en un bar de Sevilla, alguien diría: Pedro, cambia de amigos antes de que se caiga también el wifi.

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