El verano militante de Schlein entre la gestión, la asamblea nacional y los festivales de Unità (con Renzi)


Sin Elly no hay fiesta
La hoja de ruta de la secretaria: una reunión con los suyos en julio para protegerse de los reformistas, y luego las tradicionales citas de verano para acelerar el proceso de cara a las regionales y ampliar la lista de candidatos. Para el feriado nacional, hay una segunda vuelta entre Bolonia y Florencia.
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Una Dirección, luego la Asamblea Nacional, en la segunda quincena de julio. Y luego los Festivales de la Unidad. Elly Schlein estudia la hoja de ruta, otro verano militante —como lo bautizó hace un año— para fortalecer su línea en el Partido Demócrata, hacer balance de la política internacional y preparar el sprint de cara a las elecciones regionales: el objetivo siempre es 4-1. Con la vista puesta en el panorama general, en constante construcción, y por lo tanto en las próximas elecciones políticas. Señales: Matteo Renzi regresa a los festivales democráticos este año; ya ha confirmado su presencia en dos eventos en Milán, mientras que, por el momento, Carlo Calenda no parece haber recibido ninguna invitación .
De regreso de Budapest tras el Orgullo, entre un ataque a la primera ministra Giorgia Meloni y un ataque a la presidenta Ursula von der Leyen, Elly Schlein prepara la confrontación interna, esperada desde hace tiempo. Los próximos pasos de la Nazarena dependen del resultado de la Junta Directiva y la Asamblea. La idea de un congreso clarificador nunca ha decaído, al igual que la intolerancia reformista hacia ciertas posturas consideradas una concesión a la línea de Giuseppe Conte y Avs nunca ha disminuido. Pero tras los acontecimientos de las próximas semanas, podría posponerse, al menos temporalmente, también porque, como es sabido, la minoría demócrata no tiene (aún) un nombre al que oponerse.
Mientras tanto, no faltan leña al fuego. Algunos en el Partido Demócrata señalan que es hora de un debate verdaderamente amplio sobre Donald Trump, presidente de Estados Unidos desde hace más de seis meses. Tendremos que remediarlo. Existen problemas sociales internos y, además, está la incógnita de las guerras, con Oriente Medio y Ucrania, el plan de rearme y el gasto militar, entre los asuntos más importantes. Sobre estos puntos en particular, será necesario debatir, tras las divisiones de los últimos meses, pero la secretaria se presentará en el Nazareno desde una posición de fuerza. Espera encontrar el equilibrio adecuado también esta vez y luego dedicarse a su verano militante, siempre "obstinadamente unitario", que pasa por las celebraciones de la Unidad y llega hasta las elecciones regionales, con Las Marcas —el Ohio de Italia—, que debería ser el primer territorio en acudir a las urnas ya en septiembre. Y también aquello que cambia el juicio.
Mientras tanto, el programa y la ubicación de la Festa dell’Unità nazionale, que este año celebra su 80 aniversario, se definirán en los próximos días. No hay efectos especiales planeados por el momento, mientras que en cuanto a la sede (el año pasado fue Reggio Emilia), Bolonia y Florencia compiten en la segunda vuelta. "Esta última tendría mucho sentido, al estar en una región donde la gente vota. Sería un gran escaparate", señala Gianni Cuperlo, diputado demócrata y activista de la vieja escuela . El 17 de julio estará en Melzo en el festival regional de Lombardía, para hacer un dueto con Matteo Renzi. El ex primer ministro ha confirmado por ahora su presencia también en septiembre, en Milán, pero sus apariciones en los tradicionales debates de verano organizados por los demócratas podrían ser aún más numerosas. Está evaluando, agenda en mano. Pero sin duda, tras la famosa asistencia a Schlein durante el partido de los parlamentarios nacionales y el regreso a Pesaro el año pasado, por invitación de Matteo Ricci, es señal de un acercamiento que continúa. Y busca más impulso entre las gradas y los quioscos, aunque este año tampoco han faltado la polémica (ni los militantes). Como en Fiesole, donde el evento se canceló por primera vez desde 1952 por falta de voluntarios. Pero al final debería celebrarse, aunque de forma reducida. Y también en Roma, en las Termas de Caracalla, a pesar de las proclamas, parece que este año la participación ha sido ligeramente inferior a la habitual. "¿La crisis de voluntarios? Hablamos de ello siempre, pero basta con asistir a una de estas fiestas para darse cuenta de que no es así", responde Cuperlo, explicando con cifras en la mano cómo el Partido Demócrata considera las polémicas de estos días un tanto instrumentales. “Hay bastantes jóvenes; los encuentras gestionando las mesas, los escenarios y la música. Quizás veas menos asando en la cocina, pero me parece que las salchichas no son el principal indicador. Hay unas 450 fiestas en marcha en todo el territorio”, calcula el diputado de Trieste. “En una fase en la que la participación es cada vez más difícil —concluye Cuperlo—, somos la única fuerza política capaz de movilizar a tanta gente”. La misma con la que la secretaria Schlein cuenta para su verano militante. Con dos objetivos: blindarse definitivamente de los reformistas y lanzar el ataque contra Meloni.
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