Estrategia de vacunación imprudente


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Dudas legítimas sobre los expertos designados por el ministerio para el grupo técnico asesor nacional sobre vacunación
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Mediante un decreto del 5 de agosto, el ministro de Salud, Orazio Schillaci, reconstituyó el Grupo Técnico Asesor Nacional sobre Vacunas (GNA), que guiará las estrategias de vacunación de Italia durante los próximos tres años. Se espera que este organismo estratégico opere con rigor científico e independencia, de acuerdo con las recomendaciones de la OMS y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades. Por ello, la composición del nuevo grupo parece ser bastante significativa. Si bien incluye a reconocidos expertos en enfermedades infecciosas, higiene y salud pública, algunos nombramientos plantean serias preocupaciones . Entre sus miembros se encuentran un ortopedista, un cirujano jubilado y Eugenio Serravalle, pediatra y profesor en Pisa, conocido por su postura crítica sobre las vacunas. Serravalle ha expresado públicamente sus dudas sobre la seguridad de las vacunas contra la COVID-19 y ha cuestionado la utilidad de la vacunación pediátrica extendida a todos los recién nacidos, argumentando incluso que una dieta saludable podría ser una alternativa válida.
Estas ideas son legítimas en el debate público, pero son difíciles de conciliar con el papel del líder técnico de la estrategia nacional de vacunación. Es legítimo preguntarse con qué coherencia pueden contribuir a la promoción de las campañas de vacunación quienes han cuestionado su eficacia y seguridad. Aún más inexplicable es la presencia de especialistas no relacionados con el tema, mientras que figuras centrales como un médico general, un pediatra y un farmacéutico están ausentes. La elección de incluir voces dispares corre el riesgo de debilitar la autoridad del NITAG, generando confusión en lugar de tranquilidad . El principio de pluralismo científico no puede justificar la inclusión de figuras irrelevantes o abiertamente escépticas: se requieren conocimientos técnicos específicos y coherencia metodológica. La confianza pública en las instituciones se basa en pruebas sólidas y mensajes inequívocos. El nuevo NITAG tendrá que demostrar, en la práctica, que está a la altura de este desafío. Por ahora, quedan más que unas pocas dudas .
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