Es necesario escuchar una alarma europea por la estabilidad de los sistemas de salud pública


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Editoriales
En Italia, la crisis ya es palpable: los hospitales están vacíos, las salas de urgencias están colapsadas y los médicos huyen al extranjero o al sector privado. Es necesario aumentar el número de médicos en un 30 % y el de enfermeras en un 33 %. Las cifras tabú en la sanidad se presentan en el European Junior Doctors.
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El último documento de la Asociación Europea de Médicos Jóvenes (EJD) es mucho más que una declaración de intenciones: es una señal de alarma para toda Europa . Italia, en particular, ya azotada por años de falta de financiación y escasez de personal sanitario . Según las proyecciones del informe, para 2071, muchos países europeos necesitarán aumentar el número de médicos en un 30 % y el de enfermeras en un 33 % simplemente para mantener los niveles actuales de atención . En un continente que envejece rápidamente y experimenta un aumento de enfermedades crónicas, estas cifras no solo representan un desafío: amenazan la resiliencia de los sistemas públicos de salud . En Italia, la crisis ya es palpable: los hospitales están vacíos, las salas de urgencias están colapsando, los médicos huyen al extranjero o al sector privado. La respuesta institucional a menudo se ha limitado a medidas provisionales, ignorando la dimensión estructural del problema. El documento de la EJD identifica la deficiente optimización de los recursos humanos como una de las principales causas: hasta el 50 % del tiempo de los médicos se absorbe actualmente en tareas burocráticas, en detrimento de la atención directa y la calidad de la atención. En este escenario, la optimización de la fuerza laboral propuesta por la EJD se convierte en un paradigma crucial.
No se trata de hacer "más con menos", sino de permitir que los profesionales trabajen mejor, reducir las cargas administrativas, invertir en tecnologías verdaderamente funcionales e involucrar a los médicos jóvenes en los procesos de toma de decisiones . Sin embargo, el riesgo es que la optimización se malinterprete y se reduzca a una mera contención de costos. Esta visión miope comprometería la calidad de la atención y agravaría la fuga de profesionales. Toda intervención debe partir de un principio: sin proteger el bienestar de los profesionales sanitarios, ninguna reforma es posible. Si Italia y Europa no implementan de inmediato políticas con visión de futuro (prevención, digitalización y desarrollo del capital humano), las proyecciones para 2071 se convertirán en un destino inevitable. La alternativa es actuar ahora. Porque sin médicos y enfermeras, no hay futuro para la sanidad pública. Ni en Italia ni en Europa .
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