Medicina: El ejercicio reduce la mortalidad por diabetes, confirma un nuevo estudio.

Un nuevo estudio confirma el impacto del ejercicio físico en la reducción de la mortalidad, incluso en personas con diabetes. El estudio, que se presentará en el congreso anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD) en Viena del 15 al 19 de septiembre, muestra que, entre las personas con diagnóstico reciente de diabetes tipo 2 y sin antecedentes de enfermedad cardiovascular, existe una clara asociación entre la actividad física autodeclarada y el riesgo de mortalidad por cualquier causa y eventos cardíacos adversos mayores (MACE), incluyendo infartos y accidentes cerebrovasculares. El estudio fue realizado por el Centro de Diabetes Steno en Odense, Dinamarca.
Varios estudios han demostrado que la actividad física mejora la sensibilidad a la insulina, el control glucémico y la composición corporal en personas con diabetes tipo 2. El ejercicio también se asocia con una reducción del riesgo cardiovascular en la población general. En este nuevo estudio, los autores analizaron si la actividad física autodeclarada puede servir como marcador pronóstico del riesgo de enfermedad cardiovascular y la mortalidad en personas con diagnóstico reciente de diabetes tipo 2 y sin antecedentes de enfermedad cardiovascular.
Según los investigadores, «incluso la actividad física ligera reduce el riesgo de eventos cardíacos graves y la mortalidad por cualquier causa, independientemente de los factores de riesgo cardiovascular tradicionales. Este hallazgo destaca los posibles beneficios para la salud de realizar al menos algo de actividad física, en lugar de no realizarla, en términos de prevención de enfermedades cardiovasculares y muerte prematura en personas con diagnóstico reciente de diabetes tipo 2».
El estudio utilizó datos de la cohorte del Centro Danés para la Investigación Estratégica sobre Diabetes Tipo 2 (DD2), que incluyó a participantes de 2010 a 2023 con diagnóstico de diabetes tipo 2 en los dos años anteriores. La actividad física fue autodeclarada por 11.355 participantes, la cual se clasificó en sedentaria, ligera y moderada a vigorosa (AFMV). Se utilizó un modelo estadístico, con ajuste por factores de confusión, para estimar el riesgo asociado a los diferentes niveles de actividad física. Se realizó un seguimiento de los participantes hasta la primera aparición de eventos cardíacos adversos mayores (MACE, como ictus e infarto de miocardio), fallecimiento, emigración o finalización del estudio (3 de mayo de 2024).
Los investigadores descubrieron que el 18 % de los participantes reportaron ser sedentarios, mientras que el 62 % y el 20 % realizaron actividad física ligera y moderada a vigorosa, respectivamente. Durante un período promedio de seguimiento de 8,4 años, se produjeron 1149 eventos cardiovasculares y 1048 muertes. Los niveles más altos de actividad física se asociaron inversamente con eventos cardiovasculares adversos mayores (MACE) y mortalidad por cualquier causa. Tras ajustar por factores de confusión, como edad, sexo, año de inscripción al estudio, duración de la diabetes tipo 2, tabaquismo, consumo de alcohol y perímetro de cintura, los participantes —concluyen los investigadores— que realizaron actividad física ligera y AFMV tuvieron un riesgo un 23 % y un 28 % menor de MACE y un riesgo un 27 % y un 33 % menor de mortalidad por cualquier causa, respectivamente, en comparación con los participantes sedentarios.
Adnkronos International (AKI)