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Cuarto encierro de San Fermín | Los toros de Victoriano del Río dejan huecos para los más valientes

Cuarto encierro de San Fermín | Los toros de Victoriano del Río dejan huecos para los más valientes

Los madrileños son unos fijos de las fiestas de San Fermín. Suben en grupo hasta Pamplona, disfrutan de la carrera, dejan una buena impresión y así hasta el año siguiente. Los toros, digo. Los de Victoriano del Río, residentes en la localidad de Guadalix de la Sierra.

Así ha sido este cuarto encierro de San Fermín, el más rápido de lo que va de las fiestas, por debajo de los dos minutos y 20 segundos. Un rayo, un suspiro en la vida.

La carrera ha podido ser muy gratificante para unos pocos corredores, los que han tenido la fortuna, la habilidad y la piernas para aprovechar los huecos que han dejado los morlacos en la manada. Y ha sido así desde el inicio de Santo Domingo, cuando todo el grupo iba por delante, bien dirigido por los cabestros, que hacían su trabajo, pero dos de los animales de capa negra andaban un poco descolgados y se han dado unas carreras muy breves, eléctricas e intensas por parte de algunos de los más capaces de este tramo. Bravo por ellos.

La situación se ha mantenido hasta el Ayuntamiento, cuando uno de los castaños ha comenzado a coger la delantera y ha lanzado alguna mirada amenazante a los mozos, especialmente a la llegada a la curva de Estafeta, aunque sin consecuencias.

Desde que ha comenzado la recta, la carrera se ha ido dificultando. Curiosamente, no eran los toros los que ponían en más aprietos a los corredores, sino los propios compañeros. Decenas y decenas de mozos expertos veían cómo se tenían que retirar tras sólo unos metros delante de un cabestro. Ocasión perdida y hasta otro día.

Aún así, al no estar la manada completamente compacta ha habido posibilidad de ver buenas carreras entre los agarrones y empujones ya habituales. Las repeticiones y la slow motion permiten separar el grano de la paja.

Al paso por el vallado de Telefónica el tiempo se ha detenido como cada 10 de julio desde 2009, el año en que un jandilla acabó con la vida del joven Daniel Jimeno. Un puñado de flores atado a la talanquera recordaba su memoria.

Aquí ha habido menos problemas, menos apreturas y menos mozos arrollados que en los encierros precedentes. El motivo podría ser la afluencia ligeramente inferior a la de otros días.

Según el parte médico provisional, no ha habido heridos por asta de toro, aunque sí varios traslados por traumatismos.

Toros de la ganadería de Cortés para los diestros Sebastián Castella, Emilio de Justo y Borja Jiménez.

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